¡¡¡Basta de política, celebremos a las madres!!!

Hasta hace unos minutos antes de sentarme a escribir mi columna de los martes, estuve tentada de opinar sobre el abuso sistemático que aplica la CIDH en nuestros países, debido a que las arcas para mantener a los parásitos que allí reinan se van acabando desde 2016. La CIDH está quebrada.

Pero ese artículo deberá esperar su turno, pues esta semana celebramos el Día de la Madre en nuestro país.
Anoche estuve en la expo-feria organizada por Alinen (voluntarias del hospital de neoplasias INEN). Quedé sobrecogida con la participación de mujeres emprendedoras participando de la feria. De todas las edades, de todas partes, con variedad de productos, pero todas con la fuerza y la valentía en sus rostros, esa fuerza que vienen desplegando desde el inicio de la pandemia en particular. ¡Qué emocionante!

Estos últimos años desde el inicio de la pandemia, el papel de la mujer ha sido majestuoso, virtuoso, ha demostrado de lo que realmente estamos hechas.

Tuvimos que afrontar de un momento a otro, el sostener emocionalmente a nuestras familias, cuidarlas físicamente para evitar el contagio mortal, ser coaches cuando nuestras parejas perdieron el trabajo o quebraron en sus negocios o emprendimientos, nos preocupamos de nuestros padres mayores, siempre dándoles ánimos y alegría.

Las abuelas también cumplieron su papel, atendiendo a sus esposos y familiares. Salimos a la calle a vender, a poner el hombro, fuimos maestras de nuestros hijos, lo que no sabíamos o entendíamos, debimos aprenderlo. Muchas perdimos a nuestros compañeros, a nuestros padres, a nuestros hijos, pero seguimos siendo MADRES, la que se hace cargo del dolor para que los nuestros no sufran, o sufran menos.

Unas la pasamos mejor que otras, pero en general, todas absorbimos los miedos, tristezas y dudas de lo que pasaría en nuestras vidas los días, semanas y meses siguientes.

La pandemia pasó, y nuestro país sufrió un nuevo revés político, los comunistas se hicieron del poder, y una vez más, las madres que sufrimos el terrorismo, y aquellas a las que sus padres les contaron lo mortal y destructivo de esta ideología, sentimos que debíamos volver a alistarnos para salir a defender a nuestras familias, a nuestra patria.

Las marchas contra el gobierno comunista de Pedro Castillo en su gran mayoría fueron organizadas y apoyadas por mujeres, madres que además de trabajar, organizar su casa, sacar adelante el negocio, salían a defender la vida libre y el progreso del país que heredarán sus hijos.
Grandes nuestras madres peruanas, grandes las mujeres peruanas, que sin ser madres se hacen cargo de la familia.

Este domingo dejemos de lado las conversaciones políticas, económicas y de seguridad que aquejan a nuestro amado país, y traigamos a la mesa el reconocer y agradecer a cada una de nuestras mujeres POWER, que nos sostuvieron en estos años de terror, tristeza y dolor sin que nadie haya preguntado por sus propios miedos, dolores y tristezas.

Nos lo merecemos; abracemos a nuestras madres y a las mujeres maravillosas que hicieron de madres, por demostrarnos que en los peores momentos de la vida, nuestra piel se convierte en roca, y a la vez cobija, ya sea para soportar los golpes o descansar sobre ella.

¡¡¡Feliz Día de la Madre!!!

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