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Basta de análisis y diagnósticos; hay que actuar ya

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Fecha Publicación: 30/05/2021 - 22:30
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El último atentado terrorista que cobrara la vida de 16 inocentes víctimas, entre ellas 4 menores de edad, debe obligar a la autoridad gubernamental a tomar verdaderamente cartas en el asunto, para revertir la posibilidad de que en el futuro se puedan producir nuevamente hechos de esta naturaleza.

Por las características en las que se ha actuado para perpetrar esta masacre, es realmente evidente de que se viene produciendo un rebrote de la acción subversiva que, esperemos, no llegue a los niveles de los años 80.

Su presencia hoy en día y, especialmente, durante un proceso electoral para elegir a la persona que se encargará de jefaturar la administración de la cosa pública en el Perú para los próximos cinco años, genera una fundada preocupación a la población peruana que, en su momento tuvo que soportar por muchos años tener que vivir bajo un clímax de desconcierto, zozobra y temor.

Todavía está en el recuerdo de quienes vivimos esos tormentosos años, aquellas circunstancias en las que se tenía que salir a la calle con el temor de no saber si podíamos regresar a casa sanos y a salvo.

Por lo tanto, a la inseguridad ciudadana, producto de robos, asaltos y crímenes, que se encuentran actualmente en un real incremento, se viene a sumar la acción terrorista que, junto con el narcotráfico, unen sus diferentes intereses, para provocar los más execrables hechos criminales.

Como consecuencia de este panorama que hoy nos toca vivir, ya nos hemos familiarizado, a través de los diversos medios de comunicación, con innumerables estudios, análisis y diagnósticos de quienes se dicen especialistas en la materia, pero lamentablemente, allí nos quedamos.

Es decir, como la ciencia política lo señala, se hace un análisis descriptivo de los hechos, identificando los efectos causados; explicativo, para tratar de identificar lo que pudo haber sido la motivación para ese actuar delictivo; y también se estudian los hechos, desde el punto de vista predictivo, para calcular lo que mañana más tarde pueda suceder, como consecuencia de lo hoy acontecido.

Pero, lo que sigue faltando y todavía no se procede en esa dirección es la de planificar responsablemente acciones que, aplicadas en el corto, mediano y largo plazo, se puedan ejecutar, con miras al control del crecimiento de la acción terrorista. Hasta donde se sabe, por el lado del Poder Ejecutivo, que es el órgano administrador del Estado, no se tiene en mira un trabajo en esa dirección.

Los comentarios que contienen este columna de opinión, ciertamente, no se orientan a dar recetas sobre lo que se debe de hacer; pues, si así lo fuera, sería una irresponsabilidad de nuestra parte.

Para eso están los especialistas, no en hacer diagnósticos sino en la planificación de acciones a tomar para enfrentar estas realidades.

La autoridad correspondiente tiene la información que, con los datos que de seguro le proporciona la acción de inteligencia, tanto policial como de las fuerzas armadas, le permite así estar en condiciones para tomar la decisión política que sea necesaria a fin poder enfrentar y frenar esta nueva amenaza.

Si bien le quedan pocos meses a la actual jefatura del Estado para terminar su periodo, y que, equivocadamente, se autocalifica como “gobierno transitorio y de emergencia” (en ninguna parte de nuestro ordenamiento constitucional vigente aparece esa denominación), está obligado a no esperar mañana, sino actuar ya, estableciendo acciones que, de inmediato, se deben de comenzar a ejecutar.

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