Balcázar y el sexo infantil

Más que como congresista, José María Balcázar piensa como el capo de una mafia de tráfico de menores o un simple talibán del Estado Islámico de Afganistán.

El viernes este individuo, que contribuye a pensar de él lo peor, dijo muy suelto de huesos que “las relaciones sexuales tempranas ayudan al futuro psicológico de la mujer”. Y lo hizo justamente cuando una comisión del Congreso debatía el dictamen que busca prohibir el salvajismo del matrimonio infantil.

Bálcazar llegó al Congreso gracias a Perú Posible, ese tren de basura filoterrorista, y ahora vemos, simpatizante de prácticas aberrantes, especialmente entre los islamistas radicales de Afganistán.

Siguiendo con la inmundicia de su pensamiento sostuvo que: “En las ciudades grandes, las uniones de hecho son tempranas, las relaciones sexuales son tempranas y la medicina legal sabe perfectamente que, mientras no haya violencia, las relaciones sexuales tempranas más bien ayudan al futuro psicológico de la mujer”, dijo en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso. ¿A qué ciudades grandes civilizadas se refiere este promotor de los pederastas? ¿A Roma, a París, a Berlín, a Washington?

Este exlápiz renunció el año pasado a su partido matriz para formar la bancada de Perú Bicentenario y fue el único que se abstuvo de votar el dictamen para prohibir el matrimonio infantil en nuestro país.

Balcázar propicia un verdadero crimen, que el Fondo de Población de Naciones Unidas, UNFPA, define como “una violación de los derechos humanos que atrapa a las niñas más vulnerables, pobres y marginadas” y que “provoca el encierro de niñas casadas y sus familias “en un ciclo de pobreza que puede prolongarse por generaciones”.

A este fulano deberían allanarle la oficina y su casa, seguramente encontrarán hartas publicaciones con sendas “ilustraciones” explicando las “bondades” del sexo con menores y el matrimonio infantil. Quizá de esas lecturas saque ideas tan peligrosas para la sociedad y la infancia.
No contento con el desprecio sobre su posición, Balcázar reafirmó su postura en Canal N, diciendo que las relaciones sexuales en esas edades “no generan ningún trauma porque son voluntarias entre los muchachos”. A qué llama este perencejo “muchachos”, ¿a una niña de siete añitos y a un manganzón de quince? “Eso está estudiado por la sexología, por la antropología”. Al ser abordado por periodistas dijo: “No me disculpo, quiero que la gente lea primero. Para opinar hay que leer”, dijo.

Para el impresentable congresista, la madurez de las chicas ahora es “otra cosa” y por eso se plantea bajar la edad de violación a una menor a los doce años.

Chusma como esa que pretende que se legisle para romper la pureza, que es lo más sagrado en la infancia, no solo debería estar inhabilitado para la función pública, sino ya desaforado del Congreso. Y tal como existe una ley de apología al terrorismo, la debería haber para los apologistas de la pedofilia. Balcázar es el prototipo de individuo que contribuye a la decadencia y enfermedad de nuestra sociedad.

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