Arista: ¿maestro equilibrista de la economía?

El reto económico que enfrenta el Perú es complejo. Parece que Arista, como un equilibrista, caminara por la cuerda floja, evitando perder el balance entre la disciplina fiscal y el estimulo económico. El 2023 concluyó con el incumplimiento de la regla fiscal por segunda vez en nuestra historia. La primera fue culpa de las acciones del golpista Castillo. Esta vez, el Plan Unidos no tuvo el calibre necesario para preservar la fortaleza de Perú, que es la responsabilidad macroeconómica reconocida a nivel internacional. Este desvío de 0.4% del PBI demandaría dos ajustes posibles durante el resto del gobierno, ascendiendo a un total de dos mil millones de dólares, según el exministro de Economía Alonso Segura.

La reputación previa de Arista como custodio del tesoro, en su rol de exviceministro de Hacienda, y con su experiencia en la administración regional como exgobernador de Amazonas, transmite la imagen de tecnócrata capaz de enfocarse en reducir el déficit fiscal en 2% del PBI, con una alta probabilidad de éxito de su “Plan de Austeridad”. ¿Con qué velocidad logrará implementarlo? Su marcado instinto hacia la prudencia fiscal podría llevarlo a sacrificar de inmediato gastos clave. Con una amplia lista de reducciones por realizar, es mandatorio que priorice meticulosamente lo siguiente:

1) La promesa de destrabar megaproyectos, dando prioridad a aquellos que generan más empleo y recursos para el Estado, como Tía María.

2) Obras públicas estratégicas para el país, incluyendo 94 infraestructuras en áreas clave como transporte, saneamiento, salud, educación y ambiente para el Hub Portuario Chancay - Callao, el proyecto Majes - Siguas II para la expansión agrícola, el Terminal Portuario Muelle Sur Bicentenario, la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, y las obras para la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.

3) El Plan Estratégico Multisectorial de Política Penitenciaria hasta 2030, recién publicado y diseñado para mejorar la vida y reinserción social de los delincuentes. Su viabilidad se ve sin el apoyo del Ministerio de Economía en su implementación.

4) Medidas para mejorar la liquidez del mercado mediante el acceso al crédito para empresas, en respuesta a un aumento del 36% en el incumplimiento de deudas, según la Cámara de Comercio de Lima.

5) Reformas contra la corrupción y exceso del control, sugiriendo la intervención de expertos internacionales del BID o del Banco Mundial para reorganizar el Ministerio Público y la Contraloría. Está última, actualmente genera parálisis y temor en los funcionarios públicos por su control recurrente y enfoque punitivo por cada paso que avancen.

La austeridad será el instrumento de Arista para cumplir la regla fiscal y las recomendaciones del Consejo Fiscal:
1) La ineficiencia ministerial es un repelente de inversiones y aquellos ministros que no cumplan con su deber por incompetencia deben ser reemplazados. Luis Castilla, exministro de Economía, señala que existen cuatro carteras cuya inversión ha sido ineficaz. La situación más crítica se observa en el Ministerio del Interior, donde el 80% de sus proyectos están detenidos, exacerbando la inseguridad que se vive día a día. Le siguen el Ministerio de Salud, el Ministerio de Vivienda y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, con retrasos en sus proyectos del 19%, 17% y 16%, respectivamente.

2) La privatización de Petroperú se presenta como una medida imperativa para eliminar el significativo riesgo fiscal que esta entidad representa. Además, se recomienda descartar cualquier forma de presión demagógica que desincentive la inversión, incluidas propuestas como la Reforma del Sistema Previsional y el incremento de las obligaciones sociales. Estas acciones son fundamentales para asegurar un entorno propicio para la inversión y el desarrollo económico del país.

Posiblemente, Arista sea el querido equilibrista que avanza sin caer, atento y sin mirar atrás.

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