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Arequipa, 482 años de su fundación

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Fecha Publicación: 14/08/2022 - 22:15
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El 15 de agosto de 1540 se refundó “Ari-quepay” como la Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunción y por Real Cédula de Carlos V dispuso que se llame Arequipa. La blanca y heroica ciudad cumple 482 años de su fundación española donde hoy es el barrio de San Lázaro. Ya existía desde 1170 en que el Inca Mayta Capac detiene su ejército y repartió terrenos a miles de familias indicándoles “sí quedaos” –“Ari-quepay”– que establecieron los caseríos –actuales distritos– de Yanahuara, Cayma, Tiabaya, Paucarpata, Socabaya, Characato y otros. Adquirió importancia y la Corona española la reconoce como la “Muy Noble y Muy Leal”. Arequipa ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Arequipa es cuna de importantes personalidades políticas, intelectuales, sociales, maestros, religiosos, empresarios que aportan a consolidar una población que desempeña protagonismo en defensa de la democracia nacional no dudando de rebelarse para rescatar el respeto a los derechos sociales y políticos de la sociedad. Su civismo es innato desde el nacimiento de los arequipeños. Su juventud estudiantil, a la par de dedicarse a su formación, no duda en defender colectivamente los derechos ciudadanos. La historia guarda ejemplos supremos de acciones de su juventud y población para rebelarse contra tiranías. Entre 1834 y 1955 se conoce 14 revoluciones. Arequipa siempre tendrá juventudes que renueven laureles de ayer pues nunca pierden su cálida fe en la libertad. El Misti, el Coropuna y Chachani, silenciosos y eternos guardianes, dan el marco suficiente a la ciudad que exhibe orgullosamente monumentos históricos inigualables, centros educacionales históricos de los que egresan generaciones con cálida fe. Sus distritos aportan al progreso de la ciudad cuyos hijos juran lealtad por su natal tierra.

Cientos de arequipeños emigraron a otras ciudades y al extranjero llevando la luz de su fe y trabajo perdurable y honesto. Arequipeños sigan valientemente defendiendo la luz de la verdad y su ideal y mantengan en el alto Misti la bandera nacional. El Perú necesita ahora más que nunca el esfuerzo mancomunado de todos para no solamente seguir adelante sino para vencer las adversidades que nos da la vida. También luchemos por hacer de nuestro país uno en que cada niño tenga un porvenir de felicidad. La Blanca Ciudad, orgullo nacional, vive en el corazón de sus pobladores. Rendimos homenaje a esta urbe que nos señala el camino de la verdad y honestidad.

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