Aprendan, basta de enfrentamientos
En la actividad política tenemos dos clases principales de actores, por un lado los POLÍTICOS, y todas sus letras con mayúsculas, pero también tenemos a los politiqueros, por cierto en minúsculas. La diferencia entre los primeros y los segundos es abismal, pues mientras los primeros están al servicio de la población y con vocación de ayuda, los segundos están al servicio de sí mismos, a base de tontear a la población. Unos sirven y otros se sirven.
A los politiqueros les es muy fácil conseguir votos y seguimiento de parte importante de la población, pues le ofrecen, como se dice, el oro y el moro. Ofrecer no cuesta nada en lo inmediato, aunque no se puede mentir a diario pues en algún momento los agraviados entenderán que son mentidos, por lo que se dice con razón que la mentira tiene mecha corta.
Estamos cansados de escuchar el fácil discurso del “estamos trabajando para ti”, “tendrás con nosotros un mejor nivel de vida”, “la salud y la educación serán gratuitas”, “de viejo tendrás pensión sin haber aportado”, “te daremos los bonos que necesites”, “ingresarás sin examen a la universidad”, “si no tienes empleo, desde el Estado te lo daremos”, “hay que cambiar la Constitución pues la actual no sirve” y así podríamos estar hasta pasado mañana con ese falso relato que lo único que logra es el enfrentamiento entre compatriotas.
Deberíamos leer o releer, de ser el caso, las enseñanzas de los patricios de la Política, de quienes, en calidad de estadistas, POLÍTICOS y no politiqueros, nos han dejado un legado que es guía que debería seguirse para estar mejores, tanto como país como ciudadanos.
Uno de los padres del país hasta ahora más importante de la Tierra, como es don Abraham Lincoln, expresó: “No puedes ayudar a los pobres destruyendo a los ricos. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte. No se puede lograr la prosperidad desalentando el ahorro. No se puede levantar al asalariado destruyendo a quien lo contrata. No se puede promover la fraternidad del hombre incitando el odio de clases. No se puede formar el carácter y el valor mediante la eliminación de la iniciativa e independencia de las personas. No se puede ayudar a las personas de forma permanente haciendo por ellos lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos”.
Sabias enseñanzas que no pueden quedar simplemente en los anaqueles de las bibliotecas que guardan sus discursos y escritos. Hay que hacer realidad aquella sabiduría y consejo. Ellos han tenido éxito a diferencia de las falsas promesas y cantos de sirena. Se debe entender que todo cuesta, que no hay nada que te puedan entregar simplemente extendiendo la mano, los países deben dar las condiciones para que sus ciudadanos se desarrollen, mas no están para solucionarles ni el día a día ni el futuro, simplemente porque ni todo el tiempo y el oro del mundo serían suficientes para ello.
Aprendamos hoy para no lamentarnos mañana.
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