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¡Aprendamos de Miguel Grau!

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Fecha Publicación: 06/10/2024 - 22:10
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El héroe no resucita, vive su reposo perpetuo en el corazón de la Patria, enaltecida por cada nueva generación. El almirante Miguel Grau Seminario está presente en cada instante del devenir nacional, recordando que su holocausto y el de sus marinos no fueron en vano.
Sabía que los triunfos del monitor Huáscar eran hazañas para la historia —modelos de virtud a seguir—; conocía la superioridad numérica y material del contendiente y no ignoraba que esa sería su última entrega. La desproporción de fuerzas era abrumadora, pero él tuvo la mayor que pudo exhibir: honor, patriotismo, ningún temor a la muerte y un probado espíritu humanitario al salvar a los náufragos.
Indudablemente, Miguel Grau, el Caballero de los Mares, fue el hombre escogido por el destino para dejar una huella imborrable. Este 8 de octubre, se conmemora el Combate de Angamos de 1879 (frente a Punta Angamos, el monitor Huáscar fue cercado por dos divisiones enemigas, trabándose en un desigual combate. Grau murió en los primeros minutos de la lucha, por efectos de una granada disparada por el acorazado Cochrane, que destrozó su cuerpo), así como la creación de la Marina de Guerra del Perú en 1821, cuando el general José de San Martín, Protector del Perú, creó la Marina de Guerra del Perú, siendo su primer comandante el almirante Martín George Guise.
Como dijera el historiador Jorge Basadre Grohmann: “Miguel Grau Seminario fue un hombre comprometido con su tiempo, con su país y sus valores. Fue honesto y leal con sus principios, defendió el orden constitucional y fue enemigo de las dictaduras”.
Como en la vida, solo tenemos un Perú; hagamos por él todo lo que cada cual le está destinado. Que no importen pasajeros desalientos ni frustraciones, superables con voluntad y coraje.
Puede haber frágiles limitaciones, pero lo invencible es la fuerza del espíritu y la capacidad humana animada por la fe en la asistencia divina. Sigamos adelante, tenemos la esperanza, fe y voluntad de que esto cambie. Nuestra Patria no merece gente mezquina, y mucho menos ignorantes por doquier que han tomado por asalto la administración pública.
Pongamos amor en cada uno de los actos de nuestra vida, con fe, con voluntad, con esperanza, sabiendo que no estamos solos; Dios nos ilumina, bendice y ayuda siempre… a cada instante, a cada aliento, a cada palpitar de nuestro corazón.
Seamos mejores personas, más humanos y solidarios; valoremos la Patria donde hemos nacido. Somos seres pensantes, aunque los medios de comunicación social y el Gobierno traten terca y absurdamente de manipularnos. Gozamos de nuestra libertad e independencia de conciencia, con eso basta y sobra para actuar con sana razón.
Estamos siendo testigos de una pauperización de lo que fue alguna vez nuestra política. Tanto el Ejecutivo como el Legislativo están en una insana competencia, viendo quién actúa peor y de espaldas a un pueblo que se debate en la inseguridad ciudadana. Eso demuestra que la ideología político-partidaria ha sido dejada de lado. Prevalece el interés personal sobre el interés o bien común colectivo. En fin, es lo que tenemos en el nauseabundo escaparate político, lo que constituye un agravio a la memoria de nuestros héroes.
Grau nos enseñó —con su ejemplo— que nuestro deber es poner los intereses de la Patria por encima de todo, y no convertirse en súbditos del poder de turno. Allí radica la grandeza y la dignidad de cada ser humano.

Presidente de la Comisión Patriótica para la Defensa del Mar de Grau

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