Antiaprismo o desconocimiento de la historia
El movimiento aprista, que existe a pesar del deseo contrario de algunos, se encuentra muy activo y sensibilizado ante las recientes declaraciones dadas por el premier Bellido, entendiendo claramente que es la autoridad mayor del Poder Ejecutivo, después del Presidente de la República. Consecuencia de ello, sus declaraciones son declaraciones del Gobierno, haciendo público con ello su acendrado antiaprismo y peor aún, una ignorancia de los sucesos históricos vividos por el Partido Aprista durante largos periodos de clandestinidad, persecución y lucha social permanente.
“No hemos participado ni participaremos en actos de terror o enfrentamientos armados como sí lo fue el Partido Aprista no una sino varias veces que se enfrentó con armas en mano a las FF.AA. en Trujillo, Callao, Ayacucho y muchos otros lugares en el país. E incluso realizó asesinatos selectivos”. Evidentemente son declaraciones provocadoras que rayan en la ignorancia y desconocimiento de hechos políticos y sociales, en el contexto de un espacio-tiempo histórico.
La estrategia es clara, desde la misma campaña electoral, y no ha variado. Deslegitimar al oponente, “matando al mensajero, se pretende matar el mensaje”. El objetivo es distraer la atención de la opinión pública, para no fijarnos en la gestión misma de gobierno, ni en lo que ha dicho el premier en su presentación ante el Congreso de la República. Las primeras planas de algunos medios son chacchando coca o su beligerancia contra los partidos políticos, pero de sus acciones de gobierno como deben ser combatir la pobreza y la corrupción, crear más empleo, dinamizar el aparato productivo, medidas contra la inflación y el alza del dólar, etc… ha dicho muy poco o casi nada.
La estrategia es distraernos la atención de hechos reales que están sucediendo en estos tiempos con personajes del Gobierno que estarían vinculados a actos de corrupción, de terrorismo, o apología, oponiéndolos o contrastándolos con mentiras pasadas. No hay otra explicación para generar actos de provocación y estar en constante enfrentamiento con otros sectores políticos y sociales. En el siglo XVII, el filósofo inglés Roger Bacon señalaba: “Como suele decirse de la calumnia: calumnien con audacia, siempre algo queda”, miente, miente que algo queda. La verdad prevalecerá en el tiempo más allá de las palabras.
Sería recomendable que el premier lea “El año de la barbarie” (contra el pueblo trujillano, predominantemente aprista), obra de un independiente como Guillermo Thorndike, descripción objetiva del levantamiento social en 1932 – Trujillo; y no la confunda, ni por asomo, con los hechos de violencia terrorista que hemos vivido recientemente. Alcanzar la paz social y convivencia pacífica en nuestro país es tarea de todos.
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