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Antauro Humala es un fascista andino

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Fecha Publicación: 18/04/2024 - 22:00
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Antauro Humala es el fascista andino que podría ser presidente del Perú. Él es uno de nuestros políticos más discursivos, y hasta más cultos. Su pensamiento político está en sus libros, y en sus columnas publicadas en sus periódicos Ollanta y Antauro; y está inspirado en las ideas de Isaac Humala, su padre. La línea de sucesión del pensamiento humalista podría ser la siguiente: El padre ha creado el etnonacionalismo como pensamiento puro, y el hijo ha creado el etnocacerismo como pensamiento político. Es decir, el etnonacionalismo isaacista se realiza por sí mismo, a lo sumo en la guerra de las ideas; pero el etnocacerismo antaurista se realiza en la estrategia, en la táctica, y acude a la guerra de la política cuyo fin es la toma del poder. El etnonacionalismo isaacista ha devenido en el fundamento gnoseológico del etnocacerismo antaurista y fascista. Michael Mendieta ha publicado “Camisas verdes en el Perú. El proyecto de Estado del etnocacerismo”. Lima: Arteidea, 2013. En este opúsculo, Mendieta sostiene que el pensamiento político de Antauro puede ser considerado como fascista y, como tal, también puede ser considerado como un proyecto político moderno. Mendieta dice que Antauro es mas discursivo en su propuesta radical, pero si se analizan las características del movimiento etnocacerista, este se relaciona con una parte del proyecto moderno, porque busca la construccion de una nación, a partir de lo que Antauro llama la etnia cobriza. En el programa etnocacerista resaltan la propuesta de gran Estado proteccionista, que regularía todos los aspectos de la sociedad, incluyendo la propia planificación familiar, pues, para Antauro, el Perú debe tener una población de cien millones de compatriotas. En su programa destacan también la pena de muerte, las frontreras vivas, el servicio familiar obligatorio, y hasta ciertas homofobia y xenofobia. Otros cientistas sociales califican al etnocacerismo como un “populismo radical”, pero caen así en el sesgo metodológico del estiramiento de los conceptos.

Antauro es un potencial candidato presidencial, y presidente de la república. Él es un personaje político, lo suyo es un performance. Antauro no es de izquierda, ni de derecha. Su alineamiento político tiene otra dicotomía: globalismo versus nacionalismo. No obstante, Antauro sabe que el pivote del actual proceso político está en la izquierda. Por su genealogía, y tal vez por estrategia, el etnocacerismo comparte el espacio social de la izquierda, y podría compartir el espacio electoral que eligió a Pedro Castillo como presidente. Es nuestro personaje político loco: Por la forma del lenguaje agresivo, y solo por dicha forma, podría resultar ser nuestro Milei. Antauro, en su apenas un año y medio en libertad, ha ejercido como un político profesional. Él está dedicado única y exclusivamente a hacer política para ser presidente. Su excarcelación ha hecho que el etnocacerismo pase a una etapa: Ha ingresado no solo a la “vía electoral”, sino a la “vida electoral”. Aunque no a la vida democrática. Ha dejado para siempre los alzamientos armados. Ni siquiera lleva a cabo acciones directas de masas. Hoy no toma cuarteles y comisarías, pero tampoco participa de marchas callejeras. Antauro tiene su propio camino, aunque, en su linealidad histórica, más o menos, se parece a las izquierdas que en 1980 dejaron la posibilidad de la lucha armada, y abrazaron la lucha social y electoral dentro del sistema democrático. Desde esta perspectiva, Locumba y Andahuaylas equivalen a las guerrillas del 65, en el sentido de que han quedado solo para el discurso. Antauro, incluso, tiene un partido político inscrito en el Jurado Nacional de Elecciones, cuyas siglas hacen que lleve su nombre propio. Mendieta ha escrito que Antauro podría ser nuestro Roberspierre. Pero, Antauro y el etnocacerismo requieren de una doble lectura: Su discurso, que contiene su programa, está basada más en la forma en como dice las cosas, que en la propia posibilidad de su realización. Finalmente, nuestra cultura nacional, y nuestros problemas irresueltos de la gran corrupción y la gran delincuencia, están llevando a que Antauro Humala se instale en el sentido común de la gente, y podrían llevar a este fascista andino a ser presidente del Perú.

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