Año Nuevo y la lucha por el poder en su clímax
Tanto arrinconamiento funcional y desprestigio social produjeron un efecto psicológico en Pedro Chávarry que, sin medir las consecuencias ni elegir escenarios con circunstancias más favorables, cayó en el juego que le estaban proponiendo y dispuso la salida de los fiscales Pérez y Vela del equipo investigador del caso Lava Jato en la víspera del Año Nuevo.
Cuando alguien que detenta poder desata tantas pasiones de amor-odio en la población, con el rechazo del Ejecutivo y de muchos políticos afines al Gobierno, no puede pretender resolver los conflictos internos de la institución que representa, con actos unilaterales y personales por más legalidad que estos tengan, porque sus efectos crearán las brechas que sus rivales necesitan para remover todo el sistema y tomar el control de la institución con el despido masivo correspondiente.
En esta columna siempre hemos sostenido que debe haber un saneamiento institucional bien concebido y mejor aplicado, para que todos los que integran los máximos entes de gestión y administración en instituciones que se han desplomado hasta un estado de postración funcional y moral inaceptable para la población en su conjunto, sean cesados en sus cargos porque son los directos responsables de esta lamentable situación.
Nuestra propuesta siempre va concebida como un proceso, respetándose la institucionalidad del Estado para no repetir los errores del pasado, que comenzaban con un proyecto de concentración de poder para luego pasar a una autocracia con golpes y autogolpes interviniéndose a todas las instituciones estatales, con destituciones masivas sin debido proceso que, paradójicamente, siempre fueron medidas populares con índices de aprobación de más del noventa por ciento, para, después un tiempo, cuando la población superaba la emotividad y recuperaba la racionalidad, comenzar la grita, la protesta y el resentimiento contra aquellos a quienes aplaudió a rabiar y que terminaron generando arbitrariedad, corrupción y un abuso incontrolable de poder (basta recordar a Velasco y a Fujimori).
Ahora el Presidente, retornando con suma prisa de Brasil sin asistir a la toma de mando de Bolsonaro, ha decidido encabezar la protesta contra Chávarry y presentar un proyecto de ley al Congreso para declarar en emergencia a la Fiscalía, amenazándole con hacer cuestión de confianza si el Congreso no aprueba el proyecto.
Esta es una situación muy peligrosa. Si hay cierre del Congreso, no teniendo gobernabilidad ni gobierno, o estamos ante un posible autogolpe o ante la probabilidad de elecciones anticipadas.