Animales domésticos y silvestres a propósito de la fiesta de Navidad y las celebraciones por el Nuevo Año

Ya me he referido al tema, pero creo que merece hacerlo nuevamente y cuántas veces sea menester hasta alcanzar una situación sustancialmente mejor a la actual. Se trata de evitar condiciones o hechos conducentes a lamentable ocasión de violencia y maltrato hacia los animales domésticos y silvestres.
Comenzaré por lo que aparenta ser más sencillo: el uso de fuegos artificiales, ya sea que generen ruidos o luces y que van desde rangos débiles hasta muy potentes e inofensivos a peligrosos o incluso letales. Si bien el impacto de tales fuegos artificiales varía en forma proporcional a su potencia o fuerza, que a estos efectos usaré coloquialmente como sinónimo, en cualquier caso, tal impacto está siempre presente y de manera negativa, en cuanto implica una alteración a las condiciones normales del entorno. Es muy penoso que quienes tienen en casa aves, gatos o perros vean cómo la súbita luminosidad y el ruido los afectan al punto de generar ansiedad, desorientación y hasta muerte. Peor situación ocurre si los animales han tenido que quedarse solos en casa debido a las reuniones familiares comunes en las fechas. No son pocas las experiencias con huida forzada de los animales y su consecuente extravío y lo que ello significa.
Me ha tocado, como estoy segura a muchas personas, al caminar en algún parque al día siguiente de la Noche de Navidad o de Año Nuevo, encontrar no pocas aves muertas en el pasto o incluso en los senderos peatonales de los mismos, fulminadas por los destellos o el estruendo. Triste escenario.
Otro aspecto de mayor complejidad y quizás de mayor lamento es el relacionado con la consideración de los animales domésticos o silvestres como el equivalente a objetos a ser entregados como regalo, sin calibrar debidamente las posibilidades personales y materiales que la persona “beneficiada” y su familia tienen para asumir el cuidado que merece el ser vivo que llega a su seno. A no dudar que los animales son más tiernos y agradables mientras más jóvenes son, al punto que hay quienes irresponsablemente consideran que son similares a un juguete o adorno. Grave error.
Los animales, en tanto seres vivos, requieren cuidadosa dedicación, conocimiento sobre sus necesidades en cada etapa de su vida y, por supuesto, protección y afecto. Gran parte del abandono que afecta a animales de mediana y adulta edad se origina en la mala costumbre de regalar mascotas. ¡Nunca es tarde para enmendar!

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