Anclado en las obsesiones
Las obsesiones constituyen un trastorno de personalidad obsesivo compulsivo, conocido como “TOC”, la característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos que irrumpen una y otra vez en la mente del paciente en forma estereotipada.
Casi siempre son molestos y el paciente a menudo intenta, sin éxito, resistirse a ellos. No obstante, el individuo los reconoce como pensamientos propios, incluso aunque sean involuntarios y con frecuencia repugnantes. Los actos compulsivos o rituales son comportamientos estereotipados que se repiten una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni tampoco llevan a completar tareas útiles de por sí. Su función es prevenir algún hecho objetivamente improbable, que suele referirse a recibir algún daño de alguien o que el paciente se los pueda producir a otros. Normalmente, el paciente reconoce este comportamiento como carente de sentido o de eficacia y realiza intentos repetidos para resistirse a ellos. Si se opone resistencia a los actos compulsivos la ansiedad empeora.
Las obsesiones y compulsiones producen malestar o interfieren en el funcionamiento social o individual del paciente, normalmente por el tiempo que consumen, que constituye tiempo perdido, no son el resultado de otros trastornos mentales, tales como esquizofrenia o trastornos relacionados al humor afectivos. Estas obsesiones u compulsiones pueden tener relación con los sentidos, las personas pueden distorsionar el tacto, el olfato, lo que ven o escuchan, el gusto, sentir que sus manos están sucias constantemente y se lavan continuamente, repiten el acto de cerrar la puerta varias veces, porque piensan que no la han cerrado bien y puede ingresar los amigos de lo ajeno, igualmente se instala la desconfianza que conlleva a los celos infundados, que algunas veces son causa de muerte de la víctima; y en otros casos, la duda, sobre las personas o cosas que están percibiendo, no creen que son las mismas personas o cosas, produciéndoles angustia y ansiedad, repitiendo las obsesiones y compulsiones hasta que se dan cuenta que se están produciendo daño a su mente y dejan de hacerlo y al cabo de un momento aparecen las mismas u otras.
Es importante tener presente que entre la obsesión y compulsión, el paciente piensa que es cierto lo que está pensando y se repite, pero no es real, ni objetivo. Con estos pacientes hay que trabajar en psicoterapia individual, para que el paciente tome conciencia que lo que le está sucediendo puede manejarse, aceptando que ha desarrollado este tipo de trastorno que se puede canalizar, disminuyendo el estrés, baja la angustia, la ansiedad y en la medida que te asalten las obsesiones y compulsiones sabes que son inocuas, más bien el paciente debe hacerse amigo de las obsesiones, que importa un trabajo profundo de la mente, logrando desarraigar estos pensamientos y explicando que existe un componente genético, hereditario, de educación dentro del grupo familiar; sí, este grupo humano proviene de hogares rígidos, prejuiciosos, que todo lo perciben malo con hábitos y costumbres contrarios a la realidad en que se vive, estamos sembrando y cosechando un perfil obsesivo compulsivo, que lo será toda su vida, pero tendrá que aprender a canalizar sus trastornos de personalidad.
El mundo no se ha acabado, cuantos seres humanos en el mundo viven con este trastorno y son grandes personas de bien, que han formado su familia, se han casado con hijos y han alcanzado el éxito.
La psiquiatría y psicología como ciencias humanas han desarrollado enormemente, existen diferentes técnicas que ayudan al paciente a encontrarse consigo mismo, aceptarse como son, dejando de pensar en ellos mismos, sino son conscientes que viven dentro de una sociedad y tienen el derecho de ser felices y hacer felices a los demás. ¡Ayúdate a ti mismo”.
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