Análisis de un control inconstitucional
El control constitucional tiene como efecto invalidar todos aquellos actos que sean contrarios a la Norma Fundamental, y como lo dijera el propio Luciano López: “el control constitucional es el instituto sistémico destinado a buscar, del modo más eficaz, el cumplimiento cabal de la Constitución”.
Así las cosas, cuando un poder del Estado ejerce un control constitucional sobre el otro, lo hace con la finalidad de hacer efectivo el principio de supremacía de la Constitución frente a un ejercicio arbitrario del poder. Por ende, aplicar este control sobre un acto funcional que nace de la propia Constitución y que se ejercita conforme a ella, constituye abuso de autoridad y una abierta infracción constitucional de quien lo ejerce.
El Congreso, como poder constituido que representa la voluntad popular, tiene la facultad constitucional exclusiva y excluyente de nombrar a los magistrados del Tribunal Constitucional (art. 201 Const.). Sobre dicha elección y otras decisiones que en el ejercicio de sus funciones se tomen, los congresistas no responden ante ninguna autoridad, ya sea política o judicial (art. 93 Const.).
Entonces, afirmar que la resolución judicial que ordena al Congreso suspender la elección de nuevos magistrados del Tribunal Constitucional es un acto propio de un control constitucional, es por demás un claro intento de petardear la institucionalidad democrática de nuestro país, que avala una grosera intromisión contra una función legítima del primer poder del Estado. Y es que las intromisiones no solo se dan para conminar a un poder a hacer algo, sino también para que deje de hacerlo.
Por tanto, no puede haber control constitucional de un poder del Estado sobre otro, si en mérito de ese supuesto control se viola la propia Constitución. Una orden inconstitucional no se acata, se denuncia.
Los parlamentarios electos tenemos la obligación de hacer respetar nuestro fuero, y si ahora callamos frente al amedrentamiento y la intromisión inconstitucional de otro poder del Estado contra los actuales congresistas, no nos quejemos después cuando quieran hacerlo con nosotros. Advertidos estamos.
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