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¡Ampay, chinos!

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Fecha Publicación: 25/10/2019 - 21:20
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Los dueños de barcos que realizan pesca ilegal tienen fundadas razones para preocuparse. La herramienta tecnológica puesta al servicio de la comunidad universal por la ONG Global Fishing Watch, que promueve ampliar la transparencia de la actividad, ha revolucionado el mundo del control de la pesca poniendo en evidencia el comportamiento de los buques comerciales. Su plataforma pública basada en la información emitida por los dispositivos del Sistema de Identificación Automática (AIS) -exigidos por la Organización Marítima Internacional (OMI) para permitir a las embarcaciones comunicar su posición- ha desnudado algunos vicios de ciertas flotas que depredan mares y afectan a países con poca capacidad de resguardar sus recursos naturales.

Por ejemplo, nos hemos enterado de que algunos armadores de barcos con bandera china evidencian una vocación trasgresora en los océanos. Tenemos el caso del arrastrero de 66 metros de eslora Lu Yan Yuan Yu 10, que reportaba hallarse en tránsito a través de la Antártida mientras su verdadera ubicación era la costa del Pacífico en América del Sur. Un minucioso análisis de los peritos de Global Fishing Watch concluyó que había pescado con la flota de calamares de Argentina, transitado por el Estrecho de Magallanes, faenó con la flota calamarera frente al Perú, para luego ingresar al Callao donde recibió todo el soporte logístico que necesitaba para seguir medrando los recursos pesqueros de la región. Digno de un premio Ripley a la candidez, si no a la complicidad. Poco tiempo después, el 15 de marzo de 2016, la patrullera argentina Prefecto Derbes hundió al arrastrero al ser hallado in fraganti pescando ilegalmente en aguas jurisdiccionales del país sudamericano.

En el presente mes de octubre, Global Fishing Watch nos notifica sobre un escandaloso caso de naves de bandera china. Sucede que los buques Ju Long Jia Ya 18, Fu Yuan Yu 788, Julongjiaya 20, Changan 268, Ning Tay 85, Fuyuan 4, Luyanyuanyu 016, Jin Hai 779, Julonjiaya 14 y Julongjiaya 17, haciendo una grosera manipulación ligada a vacíos de información de su dispositivo AIS, aparecían posicionados en el Pacífico occidental en las cercanías de aguas jurisdiccionales de Nueva Zelanda, cuando realmente se encontraban en el Pacífico oriental frente al Perú y Ecuador. Es evidente que, mientras simulaban estar al otro lado del océano, podrían haber estado pescando ilegalmente en nuestro dominio marítimo. Este caso debe ser denunciado ante la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur (OROP-PS).

Es inadmisible que, conociendo estas y otras informaciones similares, el Estado peruano siga dando facilidades para uso de puertos, avituallamiento, trasbordos, astilleros y demás actividades de apoyo a más de 300 embarcaciones chinas entre las cuales no es difícil suponer que hay infractores. Somos el único país del Pacífico que lo hace y ni siquiera se ha podido conseguir que las autoridades nacionales les exijan que lleven a bordo un dispositivo satelital compatible con el de Produce y nuestra autoridad marítima, como piden pescadores e industriales nacionales. ¿Quién impide que custodiemos nuestros recursos como corresponde? Tal vez descubrirlo sea una de las primeras tareas de investigación del Congreso que elijamos en enero de 2020. Claro que sería mejor que sea resuelto de inmediato por el gobierno del presidente Martín Vizcarra.

(*) Ex viceministro de Pesquería.