Amigo trans, nunca serás mujer (Parte II)
Por Ángela Ccanto Buendía
No existe nada más intolerante que un progresista indignado y herido en el alma, porque una gran parte de la población ha decidido defender su posición en las calles. Los peruanos vivimos dentro de un Estado de Derecho, nos regimos por leyes y principios, como la participación en la toma de decisiones que van a regir la historia de nuestro país y el comportamiento social.
Amigos progresistas de la OEA: no pretendan decirle a un país sobre qué temas deben protestar y opinar. Considero indiscutible que la discriminación de homosexuales, lesbianas, transgéneros y toda la comunidad que se ha apoderado del alfabeto, debe ser erradicada. No importa si te sientes varón, mujer o no tienes idea de lo que quieres en la vida -esto es algo muy común en la comunidad LGTBI-: el respeto y no discriminación que mereces no debe responder al grado de tu sexualidad y percepción de ti mismo. Mereces no ser discriminado por el simple hecho de ser un ser humano. Y todo aquel que se llame demócrata defenderá -por encima de ideologías progresistas absurdas- el derecho al reconocimiento y respeto sin importar si naciste mujer, pero te sientes varón.
Sin embargo, ¿qué busca la OEA y el variopinto secretario general, Luis Almagro? Decir a los peruanos que una persona que ha nacido hombre, piense y nos obligue a aceptarlo como mujer por el simple hecho de que esa es su percepción. Definitivamente, no. Luis Almagro -avalador de este gobierno anti gay-, ¿pretende decirle al Perú que asesinar (abortar) a un bebé de tres meses en el útero de su madre es un derecho de la mujer? Definitivamente, no. ¿Qué busca la agenda caviar, izquierdista y progresista, eternamente indignada por todo y por nada? ¿Que los profesores peruanos eduquen a nuestros hijos en temas de sexualidad? No saben que ellos no pueden con sus propios hijos, y aún así pretenden meter conceptos e ideas en la mente de los nuestros. Claro que no.
Estamos convencidos de que los padres son los únicos responsables de la educación de sus hijos, no el gobierno; y menos un grupo de progresistas que pretende que la población acepte como mujer a un hombre que no reconoce ni acepta haber nacido hombre. Si ellos, no pueden aceptar algo tan básico y sencillo, ¿por qué nosotros debemos aceptar que se sientan mujeres? Definitivamente, no.
La gran avenida Javier Prado se tiñó de la opinión de la mayoría de los peruanos. Reto a los progresistas pro aborto a que superen ello. Los reto a llenar la misma avenida Javier Prado con mensajes a favor del aborto y marchar pacíficamente, como lo hicieron miles de padres en contra de la OEA. No pueden hacerlo, porque su “lucha” es vacía, inservible y sórdida. No podrán.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.