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Algunos se elevan hasta el fin

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Fecha Publicación: 29/12/2023 - 21:30
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La reciente partida de Pedro Suárez Vértiz ha afectado a muchos que crecimos escuchando sus éxitos y siguiendo su impresionante producción. En los últimos días, se ha recordado su trayectoria destacando especialmente “Me elevé”, una composición que puede considerarse una oda. En 2016, inspirado por el fallecimiento de Juan Gabriel, Pedro compartió en una columna de la revista Somos que esta canción fue motivada por la experiencia de vida después de la muerte de Manuel Garrido Lecca, un productor musical que en su niñez tuvo una muerte clínica. Manuel experimentó la visión de su cuerpo siendo operado y la angustia de sus familiares cercanos, para luego volver a su cuerpo como una luz, un fenómeno que Pedro denominó Dios, influenciado por su ferviente creencia.
Esta hermosa composición se asocia a la filosofía de la libertad trascendental, un concepto que conocí gracias al padre Juan Armas y al Dr. Juan García del PAD de la Universidad de Piura. En resumen, Dios replica internamente en otra persona idéntica, el hijo, y el espíritu procede de ambos cuando se aceptan o se dan amor mutuamente. A diferencia de Dios, nosotros, como seres humanos, buscamos replicar lo que nos trasciende y exteriormente aspiramos a ser generosos y aprender a construir el don de dar a los demás. Pedro nos ofreció una interpretación trascendente y generosa para todos con su música, compartiendo, quizás inconscientemente, una filosofía desarrollada por Tomás de Aquino y Leonardo Polo.

Por otro lado, el filósofo alemán Hegel, siguiendo la corriente socrática de “Conócete a ti mismo”, afirmó: “El YO trascendente, de Dios, resultará reducido al YO inmanente de la razón humana”. Esto implica que la trascendencia se desvanece por ser demasiado espiritual y abstracta, prefiriendo el mundo físico y material que nos confina a lo finito. Históricamente, esto se conoce como el proceso de secularización, donde las instituciones religiosas pierden influencia durante la Revolución Francesa y la expansión napoleónica, otorgando más poder al Estado que a la Iglesia Católica. Ejemplos de esto incluyen la iglesia protestante luterana, la francmasonería, el ateísmo, el laicismo, y más, hasta el punto de que algunas iglesias en países nórdicos terminan siendo spas, la aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo, la ideología de género, y otros enfoques que consideran la verdad moral como un término relativo. Esto contrasta con lo expresado por Pedro Suárez Vértiz en “Me elevé”.

Varios políticos han expresado sus condolencias por la partida de Pedro. Muchos de ellos a menudo comprenden que la política se enmarca en decisiones y acciones inmediatas (YO Inmanente), sin darse cuenta de que está profundamente influenciada por visiones a largo plazo (YO Trascendente). En 2023, muchos eventos políticos no han sido elevadores, como las protestas por el adelanto de elecciones, planes fallidos de reactivación económica, el mal manejo de la epidemia del Dengue en el norte, la lentitud en admitir que estamos en recesión, las acusaciones de influencia indebida del hermano de la presidente Boluarte, la inseguridad ciudadana, los estados de emergencia poco efectivos, el conflicto entre la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y el Congreso, y la salida de la fiscal Patricia Benavides influenciada por el periodista Gorriti.

No obstante, hemos elevado al país al rechazar la acusación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de descartar su sentencia tras la liberación de Fujimori. Necesitamos más consideraciones trascendentales para afrontar la recesión con más inversión privada, y decisiones inmediatas en el legislativo sobre la JNJ.
Pedro se elevó hasta el fin en 2023. Que su recuerdo inspire a más peruanos a buscar ser trascendentes en 2024, como él lo fue en vida.

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