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Algunas transformaciones que esperan al Derecho en la Era Digital

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Fecha Publicación: 04/11/2020 - 20:50
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Caracterizada por el uso de las nuevas tecnologías de información y de comunicaciones, la era digital se ha instalado entre nosotros antes de lo previsto. La pandemia del Covid-19 ha acelerado su llegada. Frente a esta nueva realidad, el Derecho debe saber adaptarse a los nuevos desafíos. Las principales actividades jurídicas deben ser las primeras en adecuarse a estos cambios.

La simplicidad y dinámica que conllevan las relaciones construidas sobre la base de las nuevas tecnologías debería ser suficiente para dar vuelco al gigantesco y complejo sistema de normas que ha generado un constructo caótico y excesivo en el ámbito público y que persiste en mantener fórmulas tradicionales cuya vigencia es cada vez más cuestionada en el ámbito privado.

Para enfrentar los incesantes retos de la era digital, el Derecho requiere que la depuración normativa esté en manos de un legislador con visión de futuro y una doctrina que plantee los cambios a partir de una mirada más aguda de las nuevas realidades. La flagrancia delictiva, por ejemplo, no requiere necesariamente de la percepción humana directa porque es posible obtener el mismo resultado a través del registro audiovisual. Igualmente, también es posible cuestionar la maternidad a partir de los resultados que nos ofrecen las tecnologías de reproducción asistida.

Las prácticas sociales nunca dejarán de dotar de contenidos al Derecho. Pero debido a las actuales circunstancias necesitarán de herramientas más sofisticadas para garantizarnos una respuesta jurídica conveniente. Paradigma de ello es el concierto de voluntades, que de hecho no dejará de llamarse contrato. Sin embargo, ya no requerirá una oferta y una aceptación por correo postal. Bastará con una comunicación electrónica. Y el pago no exigirá de la moneda en el tradicional soporte de papel.

Todas las especialidades jurídicas pueden reemplazar algunos de sus tradicionales institutos. En el ámbito penal, por ejemplo, la prisión fue en su momento una manera de ejercer un control de desplazamiento del procesado o del sentenciado. Pero hoy ese mismo control se puede ejercer a través de la vigilancia electrónica y la geolocalización.

Del mismo modo, algunas cuestiones que eran consideradas absolutas en los procesos ahora se relativizan. La inmediación o la publicidad son una muestra de lo dicho. En la actualidad, las audiencias virtuales permiten una comunicación mediatizada, pero efectiva, pero solo con el acceso de sus principales protagonistas.

La llegada de la era digital también crea la impresión de una mayor igualdad. “Todos tienen algo que decir” y “Todas las voces serán escuchadas” parecen ser los eslóganes de moda. Sin embargo, no son más que quimeras porque ninguna iniciativa o queja ciudadana tiene canales oficiales para su evaluación. Es como si se hubiera logrado una democratización sin efectos. Que hay mayor libertad, de eso no cabe duda. Pero en innumerables ocasiones esa libertad se ejerce sin responsabilidad y sin humanidad. El Derecho tendrá que plantear otras soluciones, pues nuevas controversias se avizoran en el horizonte.