Algarada de caviares y terroristas
Si uno escruta las redes sociales son dos los actores que azuzan la sedición contra el gobierno constitucional de Dina Boluarte, enmascarada de “protesta ciudadana”. En efecto, para este 19 de julio se anuncia una movilización nacional detrás de la cual están los grupos de fachada de Sendero Luminoso y la izquierda radical que incita a la violencia, mientras que, de otro lado, pero con las mismas intenciones, se encuentran los caviares que dan consejos jurídicos de cómo actuar en caso de que las fuerzas del orden detengan a los revoltosos con el claro afán de impedir su función de prevención del delito.
Con esto quieren maniatar a la policía. Unos lanzándole una andanada de objetos y los otros dándoles las coartadas normativas para delinquir y no perecer en el intento. Así tenemos cómo terroristas y caviares terminan en un mismo bando, buscando desestabilizar al régimen democrático con el cuento de que no existe democracia en el país. Ambos lo hacen con distintos fines que en algún momento se cruzan: el poder.
Los senderistas pretenden recuperar el poder perdido por Pedro Castillo Terrones, el caco preso en la Diroes. No tienen prisa pues para ellos esto no es más que “un recodo en el camino”. Los caviares son más inmediatistas. Han sido desalojados de casi todos los cargos públicos y no tienen cómo estafar al erario con asesorías que el Estado ya no les pide.
Las canonjías se han terminado mientras lo único que ha hecho bien este Congreso de impresentables es haber coincidido en desalojarlos de los más importantes cargos públicos y afilar la guillotina para seguir cortando cabezas como la de la lagartona Zoraida Ávalos, los tres miembros de la JNJ que la apoyaron y los supremos que pretendieron adelantar opinión con un pronunciamiento a favor de la lagartona. Todos están en capilla. De ahí su desesperación para que se vaya el gobierno de Boluarte cuanto antes y así poder pescar a río revuelto. Senderistas y caviares quieren lo mismo: nuevas elecciones.
Los senderistas, con la paciencia milenaria del maoísmo que los caracteriza están tras el desfondamiento del Estado republicano de derecho y la democracia representativa. Los caviares detrás de los dólares. Todo en un cóctel perfecto de agudizamiento de las contradicciones. Los actores de reparto de este thriller siniestro son los ingenuos y la carne de cañón. Los senderistas ponen la segunda, los caviares la primera. Porque, para ser francos, no todos los que se manifestarán el próximo 19 de julio son terroristas. Los terroristas organizan y azuzan a masas de ignorantes que a veces no saben ni por lo que marchan.
Y en cuanto a los caviares, los hay que sinceramente creen que Dina es el cuco secuestrado por las fuerzas de las tinieblas del conservadurismo. A estas alturas del partido y con siete meses en el poder, Boluarte ya se debe haber dado cuenta de quiénes son sus enemigos. Terroristas y caviares se la tienen jurada, pero a los terroristas es fácil identificarlos, mientras que los caviares, sinuosos, tratarán de pactar para que les devuelvan su cuota de poder para después traicionarla como ya lo hicieron con los fiscales Vela y Pérez. Así son ellos. Cuando ya no les sirven, next. Siendo esto así, lo que le corresponde al Gobierno es no pactar ni dejar un milímetro de espacio ni a los unos ni a los otros porque ambos van por su cabeza.
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