Aleph: hacia una nueva mentalidad empresarial
(Chorrillos, lunes 8:30 a. m.). Ingreso apresurado a una presentación escolar del colegio Aleph, donde estudia mi hija. La cita muestra una puesta en escena con varios grupos del salón, que proponen soluciones innovadoras para mejorar la atención de una conocida cafetería. La intervención exige usar Design Thinking, una metodología de innovación que aborda problemas complejos buscando soluciones creativas y funcionales en cinco fases: empatía, definición, ideación, prototipado y prueba.
Las propuestas desfilan frente al grupo de padres que llegamos a la cita. Las soluciones plantean desde una mejor disposición del menú hasta darle mayor uso a módulos virtuales o al app de la cafetería. El objetivo: disminuir colas y promover mayor rotación de clientes.
Una propuesta, sin embargo, llamó poderosamente mi atención. El grupo formado por Vicente, Joaquín, Mía, María Belén y Joaquín vio algo que otros no vieron, y crearon una nueva línea de negocio para convertir en realidad una práctica que ya existe en la dinámica de uso en esta cafetería.
Destinar algunos locales y/o crear nuevos que estén destinados exclusivamente para salas coworking, que fuesen alquiladas por horas, con paquetes de servicios de cafetería que les dieran más tiempo de estadía, sin duda se convirtió en la propuesta más disruptiva respecto a la problemática analizada. Fue la única que consideró el precio como una herramienta de discriminación en el uso del tiempo para el consumidor. Este pequeño detalle constituye, para mí, uno de los aportes más importantes en la formación de una nueva mentalidad empresarial, donde el concepto “mercado” ingresa como un elemento cotidiano en la interacción social.
Lo cierto es que escuchar a cinco adolescentes proponer una solución que, sin duda, mejorará la atención del usuario y, al mismo tiempo, generará mayor rentabilidad al empresario que impulsa el negocio, fueron música para mis oídos liberales. Además del orgullo natural que sentí porque Mía formó parte del grupo de trabajo, me llenó también de esperanza saber que en algún lugar del Perú estamos formando a nuevos ciudadanos con conceptos claros de emprendimiento e inclusión.
Felicitamos al colegio Aleph por ver con naturalidad la generación de riqueza en el país y no tratarla como un enemigo al cual doblegar. Cuando la calidad del servicio y la rentabilidad empresarial se encuentran, tenemos dos pilares importantes que sostienen el desarrollo social y económico de un país con futuro.
Nada más estimulante que iniciar la semana con una presentación que nos permita ver el futuro empresarial con esperanza, donde crecimiento económico, inclusión y convivencia social se convierten en pilares fundamentales de un futuro desarrollo país. ¡Felicitaciones, muchachos!
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