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Adelanto de elecciones generales

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Fecha Publicación: 05/09/2022 - 22:50
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En diversas ocasiones y en esta misma columna he expresado mi convicción respecto a que el gran problema que hoy escandaliza y agrede a nuestro país es el Poder Ejecutivo, capturado por un grupo de ineptos y presuntos corruptos liderados por P. Castillo, en una ya denunciada organización criminal.

Para eliminar la fuente de tanta desgracia, hubiera bastado que el Congreso aplique el mecanismo constitucional previsto: la vacancia, por permanente –e indudable- incapacidad moral de quien no honra el cargo de presidente de la República. Sin embargo, pese a la solidez de los fundamentos para la vacancia y firmeza de las bancadas de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País y de algunos congresistas de otros grupos parlamentarios, no se ha logrado superar la barrera puesta por los aliados con que cuenta el régimen y que también ha obstruido hasta hoy la destitución e inhabilitación de la cómplice del responsable mayor de tan penosa situación y que está descalificada para asumir la sucesión prevista por la Constitución vigente. Con ello se frustró la inmediata elección de nuevo presidente y vicepresidentes de la República.

El hartazgo de la población ha derivado, entonces, en el reclamo de ir hacia el adelanto de elecciones no solo para el Poder Ejecutivo sino también para el Poder Legislativo. Para que tenga sentido atender ese reclamo, la solución ha de ser expeditiva y pronta. No encuentro mejor camino que seguir el modelo aplicado el año 2000, a iniciativa del entonces presidente Fujimori, y que en menos de dos meses (octubre y noviembre) logró una reforma constitucional para recortar transitoriamente los periodos presidencial y parlamentario, pasando por una modificación del Reglamento del Congreso para adelantar el fin de la primera legislatura del año legislativo en curso y adelantar el inicio de la segunda.

Cierto que se requieren también 87 votos como en la vacancia, a fin de no ir al referéndum que significa enorme gasto y mínimo medio año para realizarlo. Pero cuenta con la ventaja de quitarle a los aliados del mal gobernante en ejercicio, el argumento/excusa de que los congresistas abusan de su poder frente al Gobierno.

Sin duda, hubiera preferido la vacancia y elecciones solo para renovar el Poder Ejecutivo, pero el estado de cosas descrito no deja otra alternativa que la de nuevas elecciones generales. Dichas elecciones generales suponen exigir que la Corte Suprema de la República reemplace de inmediato a quien en su representación hoy preside el Jurado Nacional de Elecciones. El actual representante es parte sustancial del problema que afecta al Perú.

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