Actual realidad China
Solo con la suficiente capacidad económica de la población en general se evidencia el desarrollo firme de un país. Si los trabajadores en general y sin discriminaciones tienen un puesto de trabajo estable, debida y racionalmente remunerado están en capacidad de adquirir en los mercados locales todo lo que requieren para una alimentación y vida digna de la familia: Consecuencia: cada vez hay más centros comerciales que requieren permanentemente que los productores de bienes les provean lo suficiente para satisfacer a sus clientes. Al mismo tiempo cada vez se requiere de mayor cantidad de mano de obra debido a la constante apertura de nuevos centros de producción de bienes y servicios destinados a los mercados locales e internacionales. El poder adquisitivo de las familias repercute en el fortalecimiento económico del Estado y este organiza y sirve a la población en general con eficientes servicios públicos de salud, educación, transporte, administración, seguridad, etc. La informalidad se extingue y la pobreza se reduce a un mínimo de la población del país.
En la República Popular China que nuevamente acabamos de visitar hemos visto como se han incrementado los centros de trabajo en general; sus inversionistas no solamente son chinos, sino que gracias a la apertura económica que introdujo Deng Xiaoping –el padre de la “nueva China”– existen muchos inversionistas que estando debidamente garantizados en sus inversiones han desarrollado sus actividades productivas, aperturaron centros de producción que requerirán cada vez más mano de obra debidamente remunerada que capacitaron adecuadamente y paulatinamente la R.P. China ha llegado a ser una potencia económica mundial. Sus habitantes tienen la suficiente capacidad económica para adquirir toda clase de productos necesarios para su vida, educar a sus hijos, hacer turismo interno y externo, adquirir vehículos, gozar de eficientes servicios de transporte local e interregional, etc. No hemos visto informales, ni mendigos, la seguridad personal y colectiva es natural; no hay temor de movilizarse de día o noche.
No podemos silenciar nuestras observaciones o dejar de compararla con nuestra realidad. La economía de nuestro país atraviesa una situación muy difícil, no hay crecimiento económico, los inversionistas huyen del país y los foráneos temen invertir en el Perú. Nuestras exportaciones mineras están menguando, el valor de nuestra moneda carece de estabilidad. En suma, nuestra población sufre la constante elevación de su costo de vida; la inseguridad ciudadana no es extinguida. ¿Hasta cuándo vamos a sufrir?
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