Acerca de la destitución del ministro de Defensa ucraniano

No ha resultado estratégico el anuncio del presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, de destituir su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, señalando como argumento la necesidad de buscar “nuevos enfoques” en la guerra contra Rusia, que va en franco y penoso camino al año. Imaginemos que se trate de una medida distractora. Peor aún.

En seguridad y defensa las visibilizaciones lo único que hacen es dar aviso a la contraparte para que se tome todo el tiempo que considere en la preparación de su ajedrez de guerra y, por tanto, lleve adelante todas las posibilidades de escenarios a la mano, hallándose, por tanto, en una posición de mayor alerta frente a la que pudiera devenir del silencio, que es parte de la estrategia por antonomasia, dado que generalmente permite resultados altamente provechosos.

La naturaleza expresiva de las medidas puede terminar siendo más letal que las mantenidas en secreto o creídas tácitas. Créanme. Lo relevante en un marco de guerra es la idea que se va generando ante la externalización de las acciones estratégicas y las eventuales tácticas pues lo único cierto que va consumando es la alerta en el enemigo y eso es desinteligencia. Cuando eso pasa el Estado se vuelve mucho más vulnerable de lo que se pueda pensar. Las medidas para crear otras sensaciones pueden terminar rebotando porque hoy los actores de la guerra efectúan escenarios cruzados en la idea de obtener algún resultado favorable.

Si el presidente ucraniano ha sido dominantemente sincero, debe prepararse para una mayor cruenta ofensiva de Rusia que no va a darle tregua alguna como se puede advertir en los recientes ataques a las líneas ucranianas. Para comprender la dimensión de no divulgar las falencias, conviene tener presente que este episodio de despido por destitución hace tan vulnerable a Ucrania como la externalización de la crisis rusa por la rebelión del grupo mercenario Wagner del mes anterior.

Putin sabiendo de memoria que los trapitos al aire son realmente letales, neutralizó el impacto de la rebelión de Yevgeny Prigozhin y ya sabemos cómo ha terminado ese capítulo, consiguiendo en los hechos, la neutralización de la percepción mundial de una Rusia debilitada que era lo que más le preocupaba. La destitución del ministro de Defensa ucraniano, entonces, coloca en una posición muy complicada al gobierno ucraniano pues ahora, por decirlo, la población le hallará más errores o falencias de las que se puede haber creído si acaso administraban el silencio, factor relevante en la dinámica de los actos de guerra. Ahora vamos a espectar la superposición de las especulaciones.

El poder cuando se pierde, aunque se deduzca, jamás se pregona porque no solo será para la fortaleza del enemigo, sino, que hará que la vulnerabilidad se convierta en una regla y lo que es peor sin límites. Ya veremos qué hará, entonces, Rusia, mirando la ausencia del acuerdo de granos con Ucrania. Sin duda, buscará sacarle el mayor provecho posible porque Kiev se ha externalizado vulnerable.

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