Acción Popular: jugando con fuego electoral

Cada 1.º de junio es fecha especial para quienes en 1956 acompañamos a Fernando Belaunde cumplir su visión y misión. Su extraordinario legado de bien común crece con el tiempo. Ha transcurrido 69 años desde aquel memorable suceso cívico que dejó huella indeleble porque nos jugamos la integridad personal por una causa democrática.
La gesta cívica del jirón de la Unión vio nacer a un líder de talla continental. Aún resuenan las embestidas represivas de la Guardia de Asalto del dictador Odría. Todavía se sienten ecos de la apaleada, gases irrespirables, están frescos los potentes chorros de agua del rochabús que, entre barullo y griterío, caían sobre los manifestantes. Repuesto Belaunde del brutal ataque, bandera en mano, espetó al jefe del destacamento policial: “Transmita al general Odría que le damos media hora para ordenar la inscripción de mi candidatura y si no forzaremos el paso”.
Finalmente, la autocracia cedió ante la férrea actitud ciudadana que logró inscribir en el JNE la postulación del “Hombre de la Bandera”.
Desde entonces, el desempeño democrático acciopopulista ha sido modélico, con claro proyecto de país y visión de futuro. Ha preservado el respeto al Estado constitucional en libertad desarrollando buenas prácticas políticas. En cada elección en las que ha movilizado candidatos a la presidencia, congresistas, gobernadores y munícipes, lo ha hecho respetando el sentir de sus afiliados y apelado al mecanismo “un militante un voto”.
No hay otro modo de promover una participación más directa y democrática. Así en las últimas elecciones internas, en las que fueron convocados 280 mil acciopopulistas para elegir a sus representantes. En este proceso, los precandidatos a la presidencia de la República sumaron 13.7 % de los sufragios emitidos en primera vuelta. Votaron 30,413 afiliados en las ánforas ubicadas por el JNE en todo el país y se obtuvo más del mínimo de 10 % del total de inscritos —28 mil militantes— y mantuvo su inscripción en el JNE.
La ley permite elegir candidatos con tres modalidades: un voto por militante, por delegados y por afiliados y no afiliados. La actual dirigencia nacional de AP aprobó el sistema de elección por delegados, modalidad que no corresponde a la tradición acciopopulista porque no garantiza transparencia, facilita la manipulación y otorga ventajas desde el arranque a quienes controlan el partido. ¿Cómo evitar la manipulación? Implementando el mecanismo “un voto por militante”.
Sin tomar en cuenta esta tradición, el actual presidente del partido anuncia su precandidatura a la presidencia de la República, hecho que ha originado profunda desazón. No se puede ser juez y parte. De allí que son razonables las protestas formuladas por los afiliados que apuestan por candidatos experimentados, con conocimiento de causa y propio arrastre personal.
Hasta el momento, los candidatos Alfredo Barnechea y Víctor Andrés García Belaunde cuentan con los méritos para alcanzar el éxito y el empuje para remolcar postulantes al Senado y Diputados y, así, asegurar el 10 % del total de sufragios internos para mantener la inscripción partidaria. ¡No juguemos con fuego!

Exsenador de la República

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