Abril, mes de las letras
Es un mes especial, tan esperado por todos los amantes de las letras, por los lectores que desafortunadamente en nuestro país no son los que deberían ser, ya que solo el 47.3% lee libros, según la Encuesta Nacional de Cultura, y lo que se lee más son contenidos digitales, dejando de lado lo que ha sido siempre el ícono de la lectura: el libro físico. Nuestro premio Nobel Mario Vargas Llosa temía que el formato digital pudiera generar una banalización de la lectura; sin embargo, ese peligro en cierta forma se disipa ante las masivas concurrencias a las ferias de libros que se llevan a cabo todos los años, tanto en Lima como en provincias.
Como sabemos, en el mes de abril se celebra el Día del Idioma, instituido en conmemoración del fallecimiento de don Miguel de Cervantes Saavedra y, coincidentemente en la misma fecha, el 23, dejaron de existir también William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, lo cual motivó a la UNESCO a declarar ese día como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.
Es llamativo que abril sea el mes que despide del mundo a los grandes literatos: en este mes murieron César Vallejo, José Carlos Mariátegui, y premios Nobel de Literatura como Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Günter Grass y Mario Vargas Llosa. También lo es que en abril nacieran brillantes escritores como Abraham Valdelomar, Émile Zola, Charles Baudelaire, Guillermo Cabrera Infante, así como los Nobel de Literatura Gabriela Mistral y Anatole France.
Fue el poeta, narrador e historiador literario Augusto Tamayo Vargas quien, en 1931, instituyera en el Perú a abril como el Mes de las Letras.
Nuestro país ha tenido grandes poetas y novelistas que han destacado. La lista es muy larga, pero siempre estarán presentes en nuestro recuerdo, entre ellos, José María Eguren, José María Arguedas, Manuel Scorza, Luis Alberto Sánchez y muchos más que, por falta de espacio, sería imposible nombrarlos a todos.
Todo esto debe motivarnos a reflexionar que tenemos que impulsar desde la niñez el hábito de la lectura, tanto en los hogares como en los centros educativos. Esto se prepara en esta etapa; después es muy difícil. También las universidades deberían ir más allá de lo que los obliga hoy la ley, de tener estudios generales en sus planes de estudio; todas las carreras deberían tener un enfoque integral donde puedan desarrollarse ambos lados del hemisferio cerebral. Como es sabido, el izquierdo hace que funcionen nuestras habilidades lógicas y analíticas, mientras que el derecho domina nuestra parte artística y creativa. Es por esto que cada vez las mejores universidades, por ejemplo aquellas que destacan en tecnología y negocios, han incorporado más cursos de diseño y arte.
Lamentablemente, así como están las cosas en el Perú, la educación es la última rueda del coche. Hemos involucionado, por lo pronto, en la reforma universitaria y, a la vista, no emerge candidato ni partido político, ahora que hemos entrado en época electoral, que haga de este tema una de sus principales banderas de lucha.
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