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Abriendo ruta

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Fecha Publicación: 16/07/2023 - 20:40
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Pudiera decirse es una pica en Flandes pero en realidad está muy bien puesta en el 971 de Contumazá, Lima Centro, espalda de la Plaza San Martín. Es la sala de arte abierta por la Fundación Renée Navarrete Risco en este espacio blanco, bien iluminado, que inició su programación con Retratos, óleos de Renée Navarrete Risco, Lambayeque 1906, que da nombre a la Fundación que administra este nuevo punto de interés como para programar un recorrido de galerías y exposiciones teniendo como partida y referencia central la Plaza San Martín.

Ya hay puntos instalados con actividad constante. En el 1030 del Jirón de la Unión, el Museo de Minerales Andrés del Castillo, creación del empresario minero Guido del Castillo en memoria de su hijo Andrés.

En una importante casa de principios del siglo XIX, don Guido reunió en varias salas una notable colección de minerales cristalizados que muestran la gran riqueza mineralógica del Perú, en otras dispuso cerámica y textilería prehispánica y pintura cusqueña de los siglos XVII y XVIII. En su galería recibe muestras de arte contemporáneo. Al frente, en el Portal, en el Edificio Hidalgo la Galería Martín Yepes, en sus tres pisos, hace dos años ofrece una variada agenda con exposiciones de arte joven.

El Hotel Bolívar, emblemático referente en la hotelería peruana por su arquitectura, famoso pisco sour y oferta gastronómica, sumó a sus atractivos la programación de pintura, dibujo y fotografía en la rotonda engalanada con la cúpula de cristal. La más reciente pieza en juego la encuentra en el 1066 del jirón de la Unión, calle Belén. Allí, un solar con historia que enraíza en siglo XVII, se recuperó otra gran edificación republicana que recibió a Casa Tambo Restaurante.

Los sorprenderá con la cuidada selección de nuestros tradicionales platos y de la cocina internacional más la propuesta de una seria carta de vinos que podrán disfrutar en el perfecto escenario de sus ambientes amoblados y decorados con una vasta colección de arte peruano. Todos son locales que brindan una buena experiencia para repetir en el centro de la ciudad.

Volviendo a Contumazá, la Fundación Renée Navarrete Risco presenta su segunda exposición, Desnudos, formada por once piezas trabajadas por la artista lambayecana entre 1947 y 1970. Lienzos en formatos que van de 85 x 66 centímetros al mayor de 170 x 78 centímetros. Es una serie en que Renée Navarrete maneja los conocimientos y técnica adquiridos durante sus estudios en Florencia, Italia, con los maestros Ludovico Tommasi, Ezio Marci, Emilio Mazzoni, Primo Conti y Giovanni Nicolini. Formación que le permitió a los 29 años exhibir veinte obras en la sala del Instituto Británico de Florencia en el palacio Antinori.

Exposición que recibe en el diario La Nazione un comentario crítico que halaga su trabajo. Pronto seguirían las realizadas en el salón principal del Consulado peruano y el Palacio Municipal de Florencia; y en Roma, Bremen, Bruselas y París. De regreso al Perú recibió la Medalla de Honor por el Centenario de la creación de la Provincia de Chiclayo; en enero de 1937 con Desnudo y Chicheras participa en el Primer Salón de los Independientes realizado en el Palacio de la Exposición, Municipalidad de Lima.

En Desnudos, que puede visitar lunes, miércoles y viernes de 10 a 1 p.m. y 3 a 5 p.m., la atmósfera de las piezas es de una gran tranquilidad, hay una comodidad en la actitud de la modelo, que prácticamente posa para un retrato en un ambiente que tiene al alcance el mueble, telas y objetos, que puede verse, son de uso cotidiano. Esa misma comodidad la tiene la pintora al trabajar el desnudo que es casi un detalle en que pone ese toque de una muy sutil sensualidad. Incluso en esa pieza con la modelo en una pose que no es precisamente de un descanso, sino una postura que tiene una clara provocación, una llamada al erotismo, que siendo el tema focal no es brutalmente invasivo.

Se siente que ambas, pintora y modelo, están en su espacio, con confianza. Similar a esa cercanía y confianza encuentro en un dibujo de Doris Gibson por Sérvulo y ese estupendo óleo de Daniel Hernández que gentilmente me prestó Moises Wolfenson para Genio y Figura, exposición que con Promotora Calana presenté en la Pancho Fierro. En ambos, la de ellas, es comodidad de pareja al estar desnudas y tener tan cerca al pintor.

Vale la pena una visita a Desnudos, segunda acción de la Fundación Renée Navarrete Risco que pone un toque de nueva vida en Contumazá, que podría convertirse en un destino de arte, gastronomía y entretenimiento.

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