Abonando su propio fin

Ya me he referido a la precariedad de origen del gobierno inaugurado el 28 de julio último, resultante de una insólita actitud ensombrecedora por parte del Jurado Nacional de Elecciones, que insistió en dar como elegido al candidato del partido del ex gobernador de Junín, luego de renunciar a aplicar normas expresas de la Ley Orgánica de Elecciones y a ejercer su poder-deber de autoridad de justicia electoral frente a indicios suficientes de fraude (reiterado y planificado) en las mesas de sufragio.
Cumplidos dos meses del nuevo gobierno, la precariedad de origen ha sido superada, con creces, por una manifiesta y nociva precariedad de ejercicio, que ya alcanza ribetes de descalabro y deshonra incluso internacional para el Perú.
A los antecedentes –prontuario más bien- de la mayoría de los ministros y altos funcionarios de confianza designados en el tiempo transcurrido, vinculados a graves delitos como el de terrorismo, violencia familiar, falsedad, etc., se añade el previsible nulo aporte a la gestión pública y el daño que viene causando a la economía familiar y nacional, expresado en fuga de capitales, paralización de iniciativas de inversión, pérdidas de empleo, inflación y devaluación, en niveles que no se veían en décadas.
A lo descrito, cabe agregar la incertidumbre generada sobre la continuidad del actual presidente del Banco Central de Reserva, quien garantiza además una mayoría responsable en su directorio. Obvio que pretenden aburrirlo para hacerle espacio a algún oportunista y comparsa irresponsable.
Como si todo lo anterior no bastara para dañar efectivamente y poner en riesgo de daño aún mayor al país, el presidente del Consejo de Ministros (perdurable estudiante dedicado al activismo político en una universidad estatal a costa del dinero público y del derecho de otros estudiantes) se atreve a amenazar con actos de fuerza a la empresa operadora del Consorcio Camisea, pretendidamente para obligarla a “renegociar” el reparto de utilidades. Inexcusable torpeza, ya que revela ignorancia punible sobre la nulidad de pleno derecho de todo consentimiento obtenido bajo amenaza. Ante esto, el inquilino precario de Palacio de Gobierno, en lugar de remover de inmediato a tan cuestionado personaje, solo atina a lanzar un enigmático tuit señalando que toda renegociación respetará el estado de derecho.
Como era previsible el protagonista de la patanería ha seguido con su trama y ayer, convertido en portapliegos, incursionó en las oficinas de la empresa amenazada para entregarle el oficio con el que cree empezará la renegociación.
Sin duda el Gobierno está creando las condiciones para su pronto final. ¿Eso busca? Habrá que complacerlo.

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