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80 años de la firma de la Carta de las Naciones Unidas

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Fecha Publicación: 27/06/2025 - 21:10
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En las diversas ocasiones en que he tenido el privilegio de participar en la Cuarta Comisión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, me organizo para asegurar, ad portas de mi retorno a Lima, una adquisición relevante de ejemplares de la Carta de las Naciones Unidas -por su formato de libritos prácticamente de bolsillo, se pueden llevar todo el tiempo en el saco, sin problemas-, que es el tratado constitutivo de la ONU, para obsequiarla a mis alumnos interesados en las relaciones internacionales, el derecho internacional, la diplomacia y la seguridad y la defensa. Precisamente, el pasado 26 de junio, se cumplieron 80 años de su firma, y quisiera referirme a este monumental instrumento jurídico-político de las Naciones del globo. En efecto, no existe documento o pieza internacional más ecuménica en la historia de la sociedad internacional contemporánea que la Carta de la ONU. La refrendaron 50 de los 51 Estados que integraron la ONU en el momento de su creación. El Perú estuvo entre los firmantes y Polonia lo hizo pocos meses después. Redactar la Carta no fue una tarea fácil. Su contenido de 111 artículos –hubo pocas enmiendas, pero trascendentales como el cambio de Taiwán por China continental en el Consejo de Seguridad-, debía tener la virtud de recoger las aspiraciones de todos los pueblos del planeta –los que la firmaron inicialmente y los que fueron incorporándose después hasta llegar a los 193 Estados- y qué bien que lo logró, pues la paz se abrió paso como el tema más relevante de la Carta. Era lo esperado. La 2da.G.M. (1939-1945) había dejado el saldo de más de 60 millones de muertos, alrededor de 65 millones de heridos, entre ellos, unos 35 millones en la condición de graves y más de 3 millones de desaparecidos. Con esas cifras escalofriantes que habían aterrado a la comunidad internacional, a nadie se le ocurría hablar de ningún tema que no fuera el mantenimiento de la paz, convertido desde ese instante en el objeto central de la ONU. La Carta, que entró en vigor 4 meses después, es decir, el 24 de octubre de 1945, con la creación de la ONU, constituye, entonces, el mayor tratado que hayan convenido los pueblos del mundo y su carácter comprehensivo y totalizador, la ha convertido en el texto más trascendente y eficaz para la convivencia pacífica de la civilización planetaria cumpliendo su objetivo fundacional a pesar de los conflictos o guerras localizados que siguen produciéndose en el mundo. Solamente dejará de cumplir su cometido el día en que el mundo termine dominado por otra conflagración bélica planetaria que la vuelva ilegítima. Los debates que hoy surgen en torno de este tratado no deben perder de vista que es el mayor instrumento contemporáneo que consagra la solución pacífica de las controversias como norma de ius cogens, es decir, imperativo categórico de cumplimiento obligatorio. De haber sido minimizado este carácter preeminente que tiene la Carta, hace rato la humanidad se hubiera retrotraído a los tiempos de los Picapiedra. ¡Cuidémosla!.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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