375 mil ONG y no pasa nada
Pensé que había visto mal cuando ayer leía la entrevista al Canciller de la República Javier González-Olaechea en el diario Expreso. No estaba equivocada, esa era la cifra, 375 mil ONG operan en el Perú y únicamente 2,900 están registradas en la APCI (Agencia de Cooperación Internacional) voluntariamente.
El problema no es la cantidad de organizaciones que existen, sino la cantidad de dinero que recauda cada una y la calidad y tipo de trabajo que hacen para el bien de la sociedad en general y de las comunidades en particular.
Personalmente, en los últimos 15 años he tenido la oportunidad de vivir por un regular periodo de tiempo tanto en Pucallpa como en Iquitos, donde tuve a mi cargo trabajo social en coordinación y cooperación con diversas instituciones y asociaciones. Puedo asegurar que no conocí ninguna ONG que por ejemplo, haya desarrollado una comunidad de mujeres a través del trabajo o de la educación, voluntariado profesional, desarrollo de tecnologías, etc. No es que no existan, seguro que las hay, pero tanto en Pucallpa como en Iquitos donde la necesidad de apoyo es evidente, no se hacen notar.
Las únicas ONG que se conocían eran aquellas encargadas de fustigar a los pobladores para que reclamen a papá Estado, se opongan a determinados proyectos privados opuestos a los intereses de las ONG en mención y luego arrancaban con atas y petacas dejando a los crédulos pobladores sin soga ni cabra. Y así, permanentemente. La prueba de lo que digo es, que si las ONG ayudasen al desarrollo de las comunidades menos favorecidas, mas vulnerables y minoritarias hoy en día se habría avanzado en algo.
Si las 375 mil ONG que operan en el Perú fuesen como pequeñas empresas, ¿se imaginan cuantos puestos de trabajo y riqueza generarían? Sin embargo, muchísimas de estas ONG, sobre todo las caviares, reparten el billete fresco que les llega desde el extranjero, entre los directivos y uno que otro técnico, además de asegurarse la compra de camionetas 4x4 y alquileres, sino compra, de locales en Barranco, Miraflores o San Isidro. Así de exquisitos son, lo cual sería estupendo si sus actividades probaran ante la opinión pública sus logros, por lo menos anualmente.
Es hora que los peruanos sepamos qué se hace con el dinero que llega a nombre de los mas pobres, menos favorecidos, menos privilegiados, lucha anticorrupción, derechos humanos (de todos, no únicamente de algunos), etc. Es hora que los congresistas que luchan contra la mafia caviar se hagan una y promulguen la ley de control a las ONG sin que prevalezcan personalismos ni partidismos.
Por lo demás palmas al Canciller por alzar la voz y poner tremenda cifra en evidencia, pues tenemos 375 mil ONG y no pasa nada.
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