28 de julio, ¿libertad o tiranía?

Sea por designio o simple casualidad las elecciones venezolanas se realizarán el 28 de julio, aniversario de nuestra independencia y símbolo de la libertad, independencia y soberanía del Perú. No podemos decir lo mismo de Venezuela, porque el próximo 28 de julio podría ser la renovación de la tiranía con la misma cara de siempre desgastada y madura, cubierta por un falso cabello que pretende ocultar el frente de la libertad

En la esquina opositora luego que se prohibiera la candidatura de María Corina Machado con pretextos que trataron de negar su legitimidad democrática, la oposición designó a un candidato de consenso, Edmundo González Urrutia, persona de impecables credenciales cívicos, a quien se llena de insultos para callarlo con el objeto de imponer la dictadura.

Estamos ante una lucha desigual, el poder del Estado venezolano contra la oposición que se mantiene gracias al apoyo ciudadano que lo vemos en las calles, desfilando con valentía y arriesgando su libertad . Hacer política en Venezuela se ha convertido en una ocupación riesgosa para quienes la ejercen y al mismo tiempo un pasaporte a la hostilidad de la policía, como una manera de intimidar a quienes desean un futuro mejor para su patria.

Venezuela es un país rico empobrecido desde 1998 por los pésimos gobiernos que la han dominado a partir del momento que Hugo Chávez Frías fue electo con un falso mensaje de honradez y eficacia. Su régimen despilfarró el capital financiero y productivo acumulado hasta ese momento y lanzó a su país a una danza de expropiaciones confiscatorias, que en muy poco tiempo arruinaron su aparato productivo. Sin embargo, el peor aspecto del régimen chavista incidió en la caótica descapitalización de PDVSA, su empresa estatal petrolera, que disminuyó su producción a niveles mínimos que paradójicamente obligaron a Venezuela a importar petróleo. A lo que debemos agregar una migración masiva de la juventud venezolana en busca de mejores horizontes, el Perú entre ellos.

En ese mismo período de descapitalización Venezuela se empeñó en subsidiar la economía cubana, que le pagó el servicio enviando cuadros policiales para reforzar la autocracia gubernamental. Como consecuencia de todo este desmadre, el gobierno venezolano y PDVSA están a punto de perder su mayor activo en los Estados Unidos, la empresa petrolera CITGO, que no puede pagar sus obligaciones financieras en dicho país. Tras cuernos palos para apagar la llama de la esperanza.

Sin embargo, el mensaje de lucha lanzado por la oposición venezolano puede cambiar radicalmente las cosas. Un nuevo gobierno democrático con una política que destierre la corrupción y que signifique además la recuperación de la libertad, con fuerzas armadas al servicio del pueblo y no al revés, al cabo de un tiempo puede ser capaz de enmendar los errores del pasado. El 28 de julio Venezuela se juega su destino, esperemos que esta vez para bien con el abrumador voto ciudadano a favor de la libertad.

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