25 años de paz con Ecuador
A estas alturas no creo exista persona alguna que por lo menos no reflexione sobre lo que muchas otras tienen definitivamente claro desde hace mucho tiempo, casi tres décadas en mi caso. Me refiero a la proyección de solución permanente o estructural, no solo coyuntural, de las acciones de gobierno emprendidas por el ex presidente Alberto Fujimori (AFF), acciones que han trascendido no solo a casi tres quinquenios de nuevos gobiernos y hasta a la injusta y despiadada persecución montada por políticos que terminaron desnudados en su entraña delincuencial, frivolidad e ineficiente.
Mencionaré a manera de ejemplo algunas de tales acciones de gobierno: el impulso de una nueva Constitución Política, la de 1993, a punto de cumplir 30 años de vigencia y es ya la tercera más longeva de la historia constitucional peruana; la reforma estructural del aparato productivo del país, preparándolo para competir abiertamente y asumir los desafíos que ello implica; la pacificación del país neutralizando a las bandas terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA, aliados del narcotráfico y la trata de personas; y, la solución definitiva de la cuestión de límites con Ecuador.
El problema de la frontera con el Ecuador fue resuelto con los acuerdos de paz definitiva suscritos en Brasilia el 26 de octubre de 1998 y nadie en su sano juicio podría negar el rol principal, aunque no único, que le correspondió al ex presidente Fujimori, comenzando con su insólito viaje oficial al vecino país en abril de 1992, el primero realizado en más de medio siglo por un mandatario peruano. Luego, la diplomacia presidencial que desarrolló, apoyado en norma aprobada por el Congreso de mayoría fujimorista para permitirle los viajes de urgencia necesarios y así no solo tratar el tema personalmente con cinco mandatarios ecuatorianos (R. Borja, S. Durán Ballén, A. Bucaram, F. Alarcón y J. Mahuad) sino también tener la flexibilidad de reunirse en momentos álgidos y de riesgo de estallar un conflicto bélico, con altos funcionarios de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro de 1942, Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos.
El 1998 quedó confirmada la validez jurídica y moral de la posición peruana y de sus mapas oficiales. Incluso, la cesión de un kilómetro cuadrado, en condición de propiedad privada, sin soberanía alguna para Ecuador, para que este pueda rendir homenaje a sus soldados caídos en los distintos episodios bélicos ocurridos por más de un siglo, ratifica que el país del norte incursionaba en nuestro suelo y no a la inversa.
¡Viva la Paz!
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