Caso Alan García: fiscal arrestado por coimero Henry Amenábar, adjunto de José Domingo Pérez, dirigió detención fallida contra expresidente

El Ministerio Público y la Policía Nacional detuvieron en flagrancia al fiscal Henry Amenábar cuando recibió 3,000 dólares en un baño de un centro comercial en Miraflores.

Según la denuncia, el funcionario había exigido 20,000 dólares a un investigado a cambio de favorecerlo en su caso, y el dinero entregado formado parte de un operativo anticorrupción previamente coordinado.

Tras ser reducido por agentes de la Dircocor, Amenábar fue conducido a la sede policial, mientras la Fiscalía Anticorrupción evalúa la formalización de cargos por presunto cohecho pasivo propio.

La captura provocó un impacto inmediato en el sistema judicial debido a la trayectoria del detenido: Amenábar integró el Equipo Especial Lava Jato y se especializó como uno de los fiscales operativos de confianza de José Domingo Pérez, participando en diligencias de alto perfil.

Su rol dentro del grupo era considerado estratégico para ejecutar órdenes de allanamiento y detención.

Entorno aprista estalla tras detención de fiscal Henry Amenábar

La revelación de que el fiscal Amenábar recibió una coima provocó una reacción fulminante de figuras cercanas al expresidente Alan García.

Para ese sector, el caso confirma sospechas sobre la integridad de quienes dirigieron la diligencia que terminó en la muerte del líder aprista en 2019.

El exsecretario presidencial Ricardo Pinedo recordó públicamente que Amenábar estuvo dentro de la vivienda de García minutos después de su caída.

Señaló que, al llegar al domicilio ese día, encontró a miembros de la DIVIAC “almorzando en el comedor del presidente”.

Agregó: "Ahí estaba el coimero fiscal Amenábar con el tristemente célebre Harvey Colchado. Les pedí que se retiren, que ya habían conseguido su objetivo".

El video difundido por Pinedo muestra una breve gresca entre allegados del expresidente y los policías y fiscales que permanecían en el inmueble, incluso con un momento en el que los agentes intentaron detener al exfuncionario aprista.

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La reacción de Carla García, hija del fallecido mandatario y candidata al Senado, fue aún más dura. Tras difundir la noticia de la captura, escribió:

"¿Cuánto habrá recibido el fiscal Amenábar por seguir metido en la casa de mi papá rebuscando después de su muerte? ¿Quién pagó? Fue con Colchado y por orden de Pérez y Vela. Hoy fue encarcelado por corrupto. Siempre lo ha sido. Basura vendida".

En paralelo, el exministro de Justicia José Tello Alfaro lanzó un cuestionamiento estructural al Equipo Especial Lava Jato.

Sostuvo que la captura de Amenábar constituye “un misil a la línea de flotación” del grupo, al tratarse —dijo— no de un adjunto más, sino de la “mano derecha operativa” de Pérez y una pieza clave en la estructura que encabezaba Rafael Vela.

Para Tello, este caso desmorona la narrativa de “reserva moral” construida alrededor del equipo, y obliga a preguntarse si las más severas —incluidas medidas detenciones preliminares y prisiones preventivas— se aplican con criterios totalmente legítimos.

Añadió que el hecho “proyecta un velo negro ineludible sobre el 17 de abril de 2019” y exige una “auditoría total” del sistema anticorrupción.

El 17 de abril de 2019: el día que marcó a la Fiscalía

La presencia de Henry Amenábar en la casa de Alan García no es un recuerdo aislado: fue el fiscal encargado de ejecutar la orden judicial de detención preliminar contra el expresidente la mañana del 17 de abril de 2019.

En aquella fecha, los fiscales del Equipo Especial llegaron a su vivienda en Miraflores con apoyo de la Diviac para cumplir la orden del Poder Judicial, en el marco de la investigación del caso Lava Jato.

García pidió unos momentos para llamar a su abogado y subió al segundo piso. Poco después se escuchó un disparo. El expresidente se autoinfligió una herida que le dejó la vida horas más tarde en el hospital.

El procedimiento quedó rodeado de controversias, no solo por la tragedia ocurrida, sino también por cuestionamientos internos y externos al desempeño de los fiscales presentes.

La Oficina de Control Interno del Ministerio Público abrió una indagación preliminar por posibles irregularidades cometidas durante la diligencia, debido a dudas sobre cómo se ejecutó el operativo, cómo se comunicó la orden judicial y qué protocolos se siguieron dentro del domicilio.