Carlos Anderson, congresista, en entrevista con Expreso: “Nueva titular del MEF tiene una deuda de credibilidad”

En las últimas semanas, la incertidumbre política ha crecido de forma significativa tras la vacancia de Dina Boluarte. Carlos Anderson, ¿qué tanto afecta ello los niveles de inversión en el país?

Voy a hacer un ejercicio de realismo cínico: a los inversionistas internacionales, que en circunstancias normales se verían afectados por el ruido político, ya les han salido callos. Renunciaron al análisis fino y, sencillamente, han categorizado al Perú como un país de alto riesgo político. Le aplican la tasa de descuento correspondiente y asunto cerrado. ¿El efecto? Básicamente, deciden invertir solo lo necesario para mantener sus operaciones actuales, pero las nuevas inversiones prácticamente han desaparecido. Hace años que el Perú no recibe proyectos significativos o transformacionales. Ya no hay una nueva “Las Bambas”, ni nada parecido a lo que vivimos entre 2004 y 2010, cuando la inversión agregada alcanzaba niveles casi asiáticos, del 24% o 25% del PBI. Aquellos fueron años dorados. Hoy, en cambio, estamos en torno al 15% o 16%, una caída que representa una verdadera tragedia para el potencial de desarrollo del país.

¿Qué tan dañina es esa situación para el peruano de a pie? 

En la medida en que mantenemos niveles de inversión del 15% o 16% del PBI, en lugar del 25% que tuvimos en los años de mayor expansión, el país simplemente no crece al ritmo que podría. Cuando la inversión era alta —entre 2004 y 2012— el Perú crecía a tasas del 6%, 7% u 8%. Hoy avanzamos al paso del pato: 2% o 3%, y con eso se acaba la historia. Esa desaceleración tiene consecuencias directas para todos. Menos inversión significa menos empleo, más pobreza y menos oportunidades para los jóvenes. Es un país que deja de ofrecer horizontes de progreso y que, en lugar de avanzar en la competencia global, está retrocediendo.

Carlos Anderson, ¿nos estamos disparando a los pies? 

Hace rato que lo estamos haciendo. Porque en el Perú solemos actuar al revés: el análisis técnico, frío y racional, te indica que para resolver un problema deberías hacer “A”. ¿Y qué hacen nuestros políticos? “Z”. Exactamente lo contrario de lo que se espera. Esa lógica invertida se ha vuelto casi una constante en la toma de decisiones públicas, y los resultados están a la vista.

¿Y pese a esos “callos” que menciona, otro presidente generaría más inestabilidad? ¿O ya es algo normal? Me refiero, por ejemplo, a qué impacto tendría una nueva Mesa Directiva que saque a Jerí y coloque a otro congresista

Ah, sería simplemente otro chiste más. Nada nuevo. La gente ya se reiría, como se ríe ahora. El Perú se ha convertido en el hazmerreír de los inversionistas en el mundo: un país que ha perdido toda seriedad institucional, que cambia de presidentes como quien cambia de canal. Así que no, no creo que eso agrave nada. Es parte de la misma ensalada que venimos sirviendo desde hace años. Y lamentablemente, eso es lo que el inversionista extranjero percibe: un entorno político impredecible, del que prefiere mantenerse al margen.

Carlos Anderson, ¿cuál es su reflexión respecto a las protestas del miércoles último, que aparentemente se seguirán replicando en los próximos días? 

Bueno, mire, ¿tienen motivo para protestar los jóvenes y la ciudadanía en general? Yo creo que sí. La gente venía reclamando algo muy claro: que se pusiera fin a ese pacto indigno que existe en el Congreso entre las bancadas para repartirse el poder. Lo que se pedía era que se detuviera ese uso y abuso del poder con alevosía y ventaja. Pero lo que ha ocurrido ha sido exactamente lo contrario: ese pacto se ha consolidado. Hoy, las bancadas que antes manejaban el Legislativo y se servían de un Ejecutivo débil —un Ejecutivo marcado por la frivolidad y la falta de rumbo— ya ni siquiera necesitan intermediarios. Ahora controlan directamente el Ejecutivo, el Legislativo y el presupuesto nacional. Y lo preocupante es que quienes están en ese círculo de poder han demostrado que el dinero es el motor que los mueve, lamentablemente, para todo lo malo.

Entiendo. Si bien ya me adelantó que no conoce personalmente a la ministra, ¿cuál consdera que debería ser su agenda en los próximos seis meses?

Lo primero que debe hacer — si logra mantenerse en el cargo— es aclarar las dudas que la rodean. La nueva titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Denisse Miralles, aparece vinculada a cuestionamientos relacionados con proyectos ejecutados bajo el mecanismo de Obras por Impuestos. Por ello, tiene una deuda de credibilidad. Su primera tarea debería ser transparentar completamente ese tema, explicar con claridad cuál fue su participación y despejar cualquier sombra de duda. Mientras no lo haga, muchas personas de bien, que esperan integridad en la conducción económica del país, seguirán preguntándose: “explícame esto”.

Entiendo. Y en el plano técnico, ¿cuál debería ser la agenda económica que la ministra cumpla en estos nueve meses? 

Mire, lo primero que debemos entender es que se trata de un gobierno de transición. Y un gobierno de transición tiene que gestionar lo que existe con excelencia, sin improvisaciones. Además, no debemos olvidar que este es un gobierno que deberá administrar un proceso electoral. Por tanto, debe vigilar que la tentación del gasto público excesivo —tan común en los años electorales— sea contenida. No debería haber beneficios particulares para nadie. No porque el partido Somos Perú esté hoy en el poder significa que, de pronto, a los gobernadores de esa agrupación les empiece a llegar más dinero para ejecutar obras con fines políticos. Eso sería gravísimo. El Ejecutivo tiene que definir con claridad qué puede y debe gestionar en los próximos meses, y ceñirse estrictamente a ese marco.

Entiendo. Y respecto al déficit fiscal, que también es un tema sensible y muy cuestionado… 

Sí, es cierto, aunque sensible y cuestionado solo para quienes observamos con atención. El gobierno de la señora Boluarte, el exministro Pérez Reyes y sus antecesores han reducido la importancia del equilibrio fiscal a su mínima expresión. Se han colgado del buen trabajo del Banco Central de Reserva (BCR) en materia monetaria como si eso les perteneciera.

Más sobre Carlos Anderson