La pintura de José Andrés Saldarriaga: el placer en el proceso creativo

José Andrés Saldarriaga considera que el tema de buscarle un contexto a lo hallado surge desde el inconsciente, a partir de ahí usa las técnicas aprendidas de dibujo y pintura.

José, ¿qué nos puedes hablar sobre tu pintura actual?

Actualmente dibujo y pinto y lo hago en automático, porque surgen las ideas de manera gradual pero ininterrumpidamente. Mi profesor de grabado en la PUCP Jorge Ara Manchego siempre me impulsó y motivó a la experimentación en mi campo, ya que soy grabador de profesión. Siempre atesoro con mucho cariño los consejos y sugerencias de mis profesores y me inclino a lo lúdico en la pintura, a lo automático, y digo esto en relación con lo espontáneo, que surge sin pensar en algo concreto, dejo hablar o expresarse a mi interior.

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Así mi mundo interno se materializa en el lienzo a través de personajes o paisajes que se orientan hacia lo abstracto. Es como cuando escribo poemas, sólo escribo lo que siento sin pensarlo tanto, y una vez que surgen los personajes o escenarios ya uso lo que me enseñaron en la facultad de arte los colores cálidos, neutros y fríos para construir el volumen y dar la sensación de lejanía o cercanía y todas aquellas fórmulas mágicas para darle vida al garabato o la mancha de color que va surgiendo.

A principio no hay control racional de lo que voy a pintar, sólo sale, y luego, cuando ya encuentro que la mancha se parece a un rostro, a un abstracto a una ciudad, empiezo a sacar la forma del objeto o el personaje, y ahí ya empiezo a aplicar el concepto de cálido, neutro y frío. El tema de buscarle un contexto a lo hallado surge desde el inconsciente y aplico ya las técnicas aprendidas del dibujo y la pintura para mejorar el resultado y además mis propias experimentaciones.

Entonces, ¿practicas un surrealismo muy personal o sigues los dictados de Bretón?

Qué pregunta más compleja. En primer lugar, tengo algo en común con Breton, sus padres querían que estudie ingeniería, yo la estudié, pero no concluí los estudios en la Universidad Ricardo Palma.

Sus experimentos con la escritura automática son lo mío también, la total libertad al inconsciente de manifestarse en la forma y estilo que quiera como una explosión o una evolución continua como ejercicio diario, mientras estoy en el bus rumbo a mi trabajo escribo porque quiero, escribo, porque lo siento. ¿Qué siento? ¿Que quiero? Siempre me cuestiono eso y en la pintura pasa algo similar, pero ojo, no es una forma de eludir la responsabilidad de asumir lo aprendido, porque en la facultad de Arte y diseño de la PUCP, que la fundó Adolfo Winternitz, se crea mucho, y su malla curricular en mi época se basaba y orientaba a acatar los fundamentos y estilo de la escuela Bauhaus, a pesar de que está tan atrás en el tiempo, hablamos de 1919 cuando se fundó esta escuela y mi facultad en 1939. Yo siento placer en el proceso creativo, es un momento sagrado porque entras en contacto contigo mismo.

Porque se conecta con nuestros deseos, sueños y anhelos más secretos, y se vincula y conecta, además, con el mundo espiritual, aquel que hemos construido desde el imaginario colectivo y propio.

Poesía y pintura

¿Podrías hablarnos de tu imaginario propio?

Tengo algunos signos que tienen su propio significado algunas veces, no siempre los uso en la pintura.

¿Y dónde las usas? ¿En la poesía? Sé que escribes poesía. ¿Hay relación entre tu pintura y tu poesía?

La relación entre lo que escribo y pinto es la clara expresión de como vivo, viví o viviré en sintonía con el universo y conmigo mismo

Por Walter Espinoza Ramírez

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