Bruno Portuguez Nolasco: “La pintura no es solo intuición o sentimiento, sino sobre todo conocimiento”
Este año se presentó el nuevo volumen con 150 retratos, con alto nivel estético y humano, pintados al óleo y dibujos de los actores centrales de la independencia de América y el Perú.
Bruno Portuguez Nolasco, el tema central de tu nueva entrega es el Bicentenario. Algo especial, ¿verdad?
En parte sí, hago un merecido homenaje a tantísimos hombres y mujeres que lucharon y muchos de ellos entregaron su vida y sus posesiones para romper el dominio atroz del imperio español. He pintado los retratos de los principales jefes y líderes de este grito libertario de toda América, especialmente del Perú. Nuestra independencia no fue obra únicamente de los peruanos sino, fue con ayuda y apoyo de países hermanos que se unieron e incluso vinieron a pelear en esta gran gesta, sin lo cual hubiera sido imposible realizarlo. Por eso, para recordar y tener la memoria fresca, he retratado a los más importantes líderes que contribuyeron en romper el coloniaje.
Un recorrido por toda América…
En este IV tomo, presento a personalidades representativas de México, Nicaragua, Cuba, Venezuela. Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina, e incluso de tiempos contemporáneos luchando contra otro imperio como es el caso emblemático de Nicaragua, de ahí surge la monumental figura de Sandino y de su valiente compañera Blanca Araos. E igual de Cuba hay dos representantes inmortales como José Martí y Antonio Maceo. Por equis motivos faltan figuras representativas de Colombia, Brasil, Paraguay y de países de Centroamérica.
Imagino que al finalizar este volumen quedan personalidades pendientes, ¿alguno en especial?
Quedan no unos sino muchísimos, harían falta 10 tomos de “Retratos de viento y de fuego” para sentir que se ha cumplido con parte de la historia de nuestros pueblos, hasta ahora con la entrega de estos cuatro tomos, es decir 600 retratos oficiales, siento que solo he rasguñado algo, faltan muchísimos hombres y mujeres a quienes recordar y muchos de ellos olvidados e invisibilizados por la historia oficial. En algo he contribuido a rescatar del olvido las memorias de algunos de ellos, pero con sinceridad queda mucho por retratar, espero que los jóvenes pintores de hoy y los que vendrán tomen la posta y cumplan con su deber de hombre y de artista, que sean valientes y solidarios con los que ya no están y brindaron tanto por todos nosotros, que no olviden eso, ya que casi todos los viejos lo olvidaron y no lo supieron cumplir.
Bruno Portuguez Nolasco, ¿en este nuevo volumen se reafirma el estilo Portuguez?
No solo lo reafirmo, sino que voy más allá como creador, es decir, exploro más, indago más, me atrevo más, destruyo más para crear algo nuevo y misterioso, ese es mi reto actual. Esa es la verdadera labor de un creador, la de no repetirse, la de arriesgar todo lo alcanzado en busca de lo nuevo y en esa búsqueda a veces hay tropiezos, errores y dudas, pero si no se arriesga hay una complacencia que no quiero otorgarme, nunca he pintado para complacer a nadie, tampoco he trazado una línea repetitiva en mi trabajo, soy un creador y ese es mi verdadero camino. En este momento me encuentro en plena madurez de mi trabajo, recién empiezo a comprender, por ejemplo, lo que un color expresa al estar al lado de otro, cómo hacer que cada uno potencialice su propia voz o su gran silencio, eso no lo entendía a cabalidad, solo lo intuía, pero la pintura no es solo intuición o sentimiento sino, sobre todo, conocimiento. Eso marca la gran diferencia entre un pintor y un creador. Ahora estoy abstrayendo más, trato de ir a la esencia, a la síntesis cada vez más arriesgada, más intensa y personal. Sin importar la opinión de nadie más que de mi conciencia de pintor. En eso estoy ahora. En esta entrega hay más riesgo y más afirmación de mi trabajo, creo sin desmerecer lo anterior, que esta entrega es más completa y de mayor nivel estético y humano que las otras, así lo siento.
Tu obra es un valioso aporte al país. ¿Te han llamado del Ministerio de Cultura?
Nunca en mi camino esperé nada de nadie, ni del gobierno de turno ni de los críticos o criticones de arte, ni de nadie. Tuve siempre la certeza de mi trabajo, con sus grandes limitaciones al principio y que poco a poco lo fui tallando y cincelando, dándole forma, pero sin perder la emoción, el temperamento y la fuerza que emana en cada pincelada que doy, fuerza que tal vez lo heredé de mis padres, de la vida y del pueblo, a quién siempre he pintado con altitud y dignidad. El esfuerzo y la perseverancia fueron la base y el soporte de este trabajo, también la fe y el optimismo, y sobre todo mis ideales como ser social y humano, también mi instinto que al final, nunca me fallaron, ellos suplieron la ignorancia, la invisibilidad y el ostracismo que me tuvieron durante casi treinta años. Pero persistí y luché para imponer mi propia voz, mi estilo y mi vida. De este gobierno usurpador, corrupto y asesino solo espero maltrato, censura y silencio, He rechazado toda vinculación de exposiciones y contactos, estoy tranquilo así.
Alguna vez escuché que sería bueno retratar a oscuros personajes oscuros. ¿Es posible?
¡Claro que es posible! Yo empecé a hacerlo e incluso tenía el nombre apropiado para eso, pero quedó trunco por priorizar más lo bueno, lo honesto, lo limpio. Aún no lo he descartado, mientras tenga fuerza y vida lo iré realizando poco a poco, porque hay todo un abanico de una fauna humana salvaje que debe ser retratada con toda la miseria y la bazofia con que han vivido, que refleje en sus rostros todo lo reptil y abyecto que emanan de sus rostros y sus personas, sobre todo, esa casta de políticos ambiciosos y corruptos que han gobernado nuestro país durante siglos; en el Perú, estos asquerosos tipejos pululan por todas las escalas del poder, habrá que hacer algo con ellos, el arte puede muy bien servir para este fin.
Reseña de Bruno Portuguez Nolasco
Bruno Portuguez (Chorrillos). Egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Trabajó haciendo retratos al paso en el parque Miraflores entre los años 82 al 87, al aire libre, con pincel y óleo. Siempre fue un pintor de la calle, pero es un consagrado de alto vuelo. Su obra mayor consta de 4 volúmenes de “Retratos de viento y de fuego”.
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