ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Iván Adrianzén Sandoval

Imagen

Una noche en 1,976, mi padre llegó con un libro en la mano, un libro de tapa dura negra, grueso, con letras pequeñas, sin figuras ni dibujos. En el almuerzo mi padre había comentado con mi madre y abuelo, algunos pasajes del referido libro. Con once, llamó mi atención la conversación pues el libro trataba sobre un preso y las veces que había intentado fugar para alcanzar su ansiada libertad.

PUBLICIDAD