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Ántero Flores Aráoz

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Al Gobierno inaugurado en el 2016, le queda solo año y medio para cumplir el quinquenio para el que fue elegido, aunque tenga dos etapas, una presidida por el Dr. Kuczynski y otra por el Ing. Vizcarra.

Las resoluciones judiciales, gusten o no, deben cumplirse y más cuando son de última instancia, esto es, que ya no puede recurrirse contras ellas ni al mismo juez ni a otros de mayor jerarquía, y es lo que se llama cosa juzgada, la cual es inamovible.

Siempre habíamos escuchado o leído, ante acciones ruines, que ellas eran lo máximo en maldad y que no veríamos nada peor; sin embargo, la realidad nos demuestra que siempre podremos ver peores acciones y que lo malévolo no tiene límites.

No tengo dudas de que estamos avanzando en temas de igualdad laboral, como por ejemplo las salariales y condiciones de trabajo respecto de idéntica función, también en lo relacionado con el trabajo de hombres y mujeres, aunque en este último asunto, algo rezagados en lo que se refiere a las retribuciones, pero entendiendo que en el trabajo propiamente dicho, por las diferencias somáticas no se

Dicen los expertos que cada crisis, si se maneja adecuadamente, es una ventana de oportunidad, esto es, que se abre la posibilidad de hacer las cosas mejor y no cometer los mismos errores.

Los peruanos que residen en el exterior, desde hace varios lustros, vienen librando una justa batalla para que el Estado les reconozca el derecho a votar en elecciones generales, que comprenden a las parlamentarias, por candidatos peruanos que residan también en el extranjero.

Una práctica muy antigua en nuestra patria es ser quejosos respecto de los momentos difíciles que se pueden vivir, sea en materia social, con la consabida conflictividad, en la inestabilidad política y por supuesto en las crisis económicas más conocidas como tiempos de “vacas flacas”.

Como ha sido ampliamente divulgado por los medios de prensa, el presidente del Congreso y de su Comisión Permanente ha formulado una demanda competencial ante el Tribunal Constitucional a fin de establecer, entre otros temas, si se puede plantear cuestión de confianza respecto a proyectos de reforma constitucional y también para definir si ella puede ser invocada para suspender procesos parlame

Llegó a mis manos una muy interesante reflexión, señalando que “No puedes ayudar a los pobres destruyendo a los ricos. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte. No se puede lograr la prosperidad desalentando el ahorro. No se puede levantar al asalariado destruyendo a quien le contrata. No se puede promover la fraternidad del hombre incitando el odio de clases.

Antiguo aforismo señala que quien con fuego juega, termina quemado y, esto es lo que viene sucediendo con el Presidente Vizcarra y su Consejo de Ministros, y también con el Congreso.

El Presidente de la República anda empecinado en que se recorte el mandato congresal y presidencial en un año, para lo cual ha presentado al Congreso una propuesta de reforma constitucional, la cual, de ser aprobada, llevaría a adelantar el proceso electoral general para el año 2020.

Notamos que hay un doble estándar del Estado respecto a la minería, pues mientras a la minería formal se le exige el cumplimiento de infinidad de requisitos y trámites, a la minería informal, pero principalmente a la ilegal, el Estado hipócritamente cierra los ojos y deja que hagan lo que les da la gana. Evidentemente no se les mide con la misma vara y rigidez.

Una de las principales actividades que solventan la economía del país, sino la primera, es la minería, que pese a ello es vapuleada por antisociales que no desean el desarrollo de nuestra patria y permanentemente están soliviantando a los pobladores de zonas de exploración y explotación minera, así como a las comunidades aledañas.

Bajo diversos pretextos, el Presidente de la República, por el mecanismo de una reforma constitucional transitoria que le ha planteado al Parlamento, pretende reducir el mandato del actual Congreso de la República en un año.

Al reflexionar sobre la situación que vivimos en el Perú desde hace algunos meses y en diversos escenarios, recordé a Sócrates, quien alrededor del año 400 a.C. dijo “solo sé que nada sé”. En efecto, cuando más vueltas doy a la situación imperante más recuerdo a Sócrates.

Aunque pareciera ser en broma, alguna connotación seria se tiene cuando se reclama más psiquiatras en el Perú.

Siempre hemos sostenido qué, de acuerdo a homogénea doctrina jurídica, las leyes son mandatos que aprueban las autoridades competentes para ello, las cuales son de obligatorio cumplimiento para los administrados.

Ya es hora qué el Presidente de la República, Martin Vizcarra, que asumió la presidencia luego de la renuncia de su antecesor Pedro Pablo Kukzynski del que era su Vicepresidente, en forma absolutamente constitucional y tranquila, entienda que quien gobierna tiene la obligación de hacerlo para todos y con absoluto respeto al estado constitucional de Derecho que juró cumplir.

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