Mientras Víctor Quispe Palomino sigue impune, ley para derribar narcoavionetas aprobada hace tres años, no se aplica porque gobierno no compra radares.
Secuestran niños y adolescentes en el VRAEM para convertirlos en narcoterroristas y sicarios, y a los padres que se oponen a entregar a sus hijos los asesinan.