En contundente resolución y sin anestesia, la Segunda Sala Penal de Apelaciones devuelve, por deficiencias insalvables, el primer cuadernón de apelaciones, poniendo en evidencia las mutaciones irregulares que concedió a la Fiscalía atropellando la legalidad procesal y el derecho de defensa de los procesados.
Al cierre de esta edición, nuevos servidores judiciales subían las 89 apelaciones del Caso Cócteles en gigantescos paquetes a la Sala de Apelaciones. El inicio del descongelamiento de estos expedientes ha producido un verdadero cataclismo como el que describe el deshielo de la Era de Hielo 2. Sin alusión al oso, mamut y tigre, la ley de la manada se cumple en la vida cotidiana, en la hora nona se trata de cumplir con el plazo para intentar sobrevivir entre inmensos iceberg documentarios.
Cual cataclismo de la Era Glacial, coexisten las apelaciones frozen del juez Zúñiga y surge el congelamiento en la relación de los presidentes de sala penal, Guillermo Huamán y Zaida Pérez, con los jueces de control por la deficiencia e irregularidad en los autos de enjuiciamiento para juicio oral.
Desde hace 10 meses, el juez ad hoc de Keiko Fujimori, Víctor Raúl Zúñiga, se ha convertido en un verdadero Hombre de Hielo, porque tiene congeladas y encarpetadas una centena de apelaciones sin cumplir con elevarlas a la Sala Penal, colocando en estado de indefensión a los procesados.
Juez Zúñiga eleva recursos incompletos a la Sala Superior y, como si no se hubiera enterado, viene soslayando el hábeas corpus concedido al empresario Briceño.
Se abre paso a la verdad: Segunda Sala Constitucional enmienda la plana al juez de control Víctor Zúñiga por acusar irregularmente por lavado de activos al empresario Ricardo Briceño.
Durante la sesión virtual, el fiscal José Pérez y la procuradora María Camus indicaron que los hechos cometidos por el extesorero de Fuerza Popular sí encajan con el delito estipulado en el Código Penal.