Sin piedad, Sendero degolló a más de 100 comuneros | INFORME
Terroristas aniquilaron a autoridades, campesinos y pueblos enteros para imponer el terror. Método se extendió a Ayacucho, Áncash, Huancavelica, Ucayali, entre otros.
Por Italo Oberto-Besso
Eran las 4 de la madrugada del 27 de agosto de 1986, los pobladores de Huayhuas, en la provincia de Huanta, aún buscaba razones para salir de la cama e iniciar sus labores en el campo, medio centenar de terroristas fuertemente armados tomaron el idílico pueblo y bajo la mirada, aún con legaña, y el terror de todos aquellos que fueron obligados a salir de sus casas degollaron al gobernador del pueblo, Pastor Huamán Reto.
Este fue el inicio de una estela sangrienta de Sendero Luminoso en poco más de un mes, en el que emularon el salvajismo de las huestes de los Hunos, liderados por Atila, el azote de Dios.
Recorrió pueblos y dejó centenares de comuneros degollados, bajo diferentes acusaciones. A lo largo de un par de años la cifra llega a elevarse a cientos de asesinados decapitados.
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EMPIEZA LA MASACRE
En Huayhuas, a Pastor Huamán Reto, reelegido varias veces por aquella comunidad, lo sacaron a empellones de su casa y aún con la ropa que usaba para dormir, y lo llevaron a la plaza central, mientras disparaban al aire, gritaban: “Viva la lucha armada”, “Viva el presidente Gonzalo”, “Viva la guerra popular” y finalmente “Muera el Apra”.
Delante de la iglesia, en medio de insultos, vejaciones y golpes, degollaron al gobernador cortándole la yugular. La misma suerte corrió Adrián Pariona Cusi, ayudante del gobernador. La razón de la muerte del humilde campesino fue atreverse a protestar por esa cruel muerte.
Antes, el personero de la comunidad, Mariano Pujas, recibió un balazo por tratar de defender a Pastor Huamán.
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NO ERA APRISTA
“Antes de abandonar el pueblo, los senderistas escribieron un cartel que decía ‘Así mueren las ratas apristas’. Y colocaron el cartel sobre el cadáver del infortunado Pastor Huamán Reto. Convendría señalar que el asesinado no sólo no era militante del Partido Aprista Peruano sino que era una persona dedicada a conducir con justicia y honradez los destinos de su pueblo. Por eso había sido nombrado numerosas veces, bajo diferentes regímenes, gobernador de Huayhuas”.
Así lo cuenta Alberto Valencia Cárdenas, exdiputado y periodista ayacuchano, en su libro ‘Los crímenes de Sendero Luminoso’ (1992). Según el también poeta, la presencia de Huamán era incómoda para “la expansión de Sendero en el valle de Huayhuas. Por eso los mandos dispusieron la muerte de toda autoridad estatal. SL creía que, de esta manera, los pueblos, sin autoridades, caerían más fácilmente en sus redes”.
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Boletines informativos del Departamento de Búsqueda del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) señalan que elementos capturados posteriormente declararon que “el presidente Gonzalo conoció al gobernador Huamán y que ordenó su muerte por ser un estorbo para el avance de Sendero Luminoso”.
HUAMANGUILLA
La estela sangrienta no quedó ahí. El 25 de septiembre, esas huestes llegaron a Huamanguilla. Antes llegaron a distintas comunidades y demostraron la misma crueldad que daremos cuenta en próximas ediciones.
Huamanguilla es un bello pueblecito ubicado en la mitad del camino entre Huanta y Huamanga. Aquel 25 de septiembre de 1986, la actuación de los subversivos mostró un nuevo nivel de brutalidad y salvajada.
Ese día fueron secuestrados cuatro trabajadores de la Corporación de Fomento de Ayacucho y el candidato aprista a la Alcaldía del pueblo Metodio Cuadros.
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Todos fueron sacados de sus viviendas a punta de golpes, pese a los gritos y ruegos desesperados de sus familiares ejecutados sin piedad.
Los cincos personajes fueron degollados con total insania, sus cabezas fueron arrancadas del cuerpo para la celebración de los terroristas.
Los cinco cadáveres fueron encontrados días después cerca de la represa construida en el camino a Huanta.
Los cuerpos cercenados fueron arrojados por diferentes lugares. La visión de los cinco cráneos desgajados quedó por mucho tiempo en la memoria de aquellos niños de Huamanguilla y hasta hoy, ya adultos, según los testimonios, siguen perturbando sus sueños.
ANIQUILAMIENTO
Un hecho de tamaña crueldad se repetiría años después. El 4 de enero de 1989, una columna de Sendero Luminoso incursionó en la comunidad de, del distrito de Vinchos, a 75 kilómetros de Ayacucho.
Los terroristas llegaron a las 10 de noche cuando los campesinos ya dormían. Tenían una lista de autoridades ye inmediatamente cerraron todas las entradas del pueblo.
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Con disparos al aire y gritos amenazantes, obligaron a los comuneros a dejar sus casas. Frente a ellos, llamaron con sus nombres al teniente gobernador, al alcalde, al presidente y al personero de la comunidad.
“Ninguno se presentó. Nunca se sabrá si entre los concurrentes se encontraban las autoridades llamadas. Nadie dijo una sola palabra. Tampoco la comunidad los denunció”, cuenta Valencia Cárdenas en su libro.
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