Héroe Luis Giampietri parte a la inmortalidad
Derrotó en múltiples ocasiones a SL y al MRTA, salvando a los peruanos. Congreso rindió minuto de silencio.
Valiente en los momentos más difíciles, y triunfante cuando todo parecía perdido, Luis Giampietri Rojas dejó este mundo y partió a reencontrarse con sus seres amados que tomaron ese viaje antes que él, entre ellos el titán de Angamos, Miguel Grau Seminario.
La mala noticia la dio su colega de armas, el congresista José Cueto, en el Pleno del Congreso. “Defendió siempre no solo el fuero nacional, el fuero naval y sobre todo luchó por la democracia”, señaló ante la sesión plenaria, la cual hizo un minuto de silencio.
Hablar de este almirante chalaco es hablar de la Historia del Perú. A lo largo de sus 82 años de vida terrenal, dejó huella imborrable en tirios y troyanos, tanto de la política y en las Fuerzas Armadas.
Marino de polendas
En 1975, fundó las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOES) de la Marina. Este equipo especializado sería clave para combatir y vencer al terrorismo, tanto en el motín de El Frontón como en numerosas batallas ante el enemigo comunista, pero fue en la Operación Chavín de Huántar donde se ganó la admiración a nivel mundial.
Giampietri ya era un oficial retirado el 17 de diciembre de 1996, cuando fue secuestrado junto a cientos de peruanos por delincuentes de la banda MRTA. La celebración del cumpleaños del emperador de Japón, Akihito, dio paso a una crisis que duró hasta el 22 de abril de 1997.
Los cabecillas terroristas lo tenían en la mira, junto al entonces canciller Francisco Tudela. Iban a ser los primeros en ser asesinados si el gobierno de Alberto Fujimori intentaba una acción armada contra los emerretistas.
“Mary está enferma”
Meses de tortura, sin agua, sin ropa, sin libertad, no debilitaron la voluntad del marino del Callao. Su corazón porteño contagió a muchos rehenes, quienes resistieron estoicamente el castigo psicológico, y finalmente ayudaron a que los comandos Chavín de Huántar los salven, y dieran la estocada definitiva al MRTA.
Sus captores lo creían solo un militar enérgico, pero olvidaron que Giampietri Rojas era un experto en tácticas de Inteligencia. Fue así que logró comunicarse con las fuerzas del orden en el exterior, hasta el día de la liberación, cuando dijo la expresión “Mary está enferma”.
Ya en tiempos más pacíficos, fue regidor de la Municipalidad de Lima entre 1998 y 2000, así como presidente del Instituto de Mar del Perú (Imarpe).
En el 2006, llegó a la Vicepresidencia de la República, junto a Alan García, y al Congreso, como representante del Primer Puerto. En los últimos años, defendió la dignidad de las Fuerzas Armadas.
Pero las batallas del hijo de los mares no acabarían allí. Cuando organizaciones financiadas desde el extranjero iniciaron una persecución a los comandos, Giampietri alzó su voz, tal vez más fuerte que nunca antes.
Plasmó su experiencia en el libro “Rehén por siempre”, y miles de jóvenes que no habían sufrido el terrorismo se sumaron a su causa.
Por César Rojas
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