Helmut Ramírez: «Soy testigo de terroristas que nunca juzgaron»
La inocencia del niño de 8 años Helmut Ramírez Fernández fue destruida por los cobardes del MRTA.
Por César Rojas
Era un niño cuando su padre, miembro de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP), salía a combatir al terrorismo en Pucallpa, durante 1989. Helmut Ramírez Fernández se dedicaba a jugar y estudiar, como todo menor de ocho años debe hacer, pero su inocencia fue destruida por los cobardes del MRTA.
“Entraron a mi casa a balazos. Como mi papá no estaba, me empezaron a patear, a jalar mis brazos hacia atrás, a cortarme. A la chica que me cuidaba la hacían gritar, y tuve suerte que en un segundo me soltaron y corrí a la parte oscura de mi casa que ellos no conocían. Así escapé, porque luego incendiaron mi casa”, cuenta el entonces menor de edad.
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Helmut creció, hizo su servicio militar y ahora es comerciante. Sin embargo, el Estado nunca cumplió con otorgarle los beneficios de ley para las víctimas del terrorismo. Incluso su padre, retirado y condecorado varias veces como héroe de la Pacificación, sigue luchando para no limitarse a su pequeñísima pensión.
“A la chica los del MRTA la violaron, y nunca más la vi. Me han contado que ahora sigue su vida, pero no sé cómo estará. Yo identifiqué a uno de los terroristas, y lo capturaron, pero nunca le hicieron juicio y menos lo sentenciaron. Yo soy testigo de que hay terroristas que nunca pagaron lo que hicieron y ahora siguen libres como si nada”, acota Ramírez.
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