Y siguen bastos…
“Y siguen bastos…”, expresión popular usada cuando te va mal jugando naipes, aplicable a las actuales circunstancias del país, con una tercera ola del covid-19 ad portas y una inestabilidad política en crescendo, la que en gran parte se debe a no conocerse oficialmente quién será el próximo presidente del Perú, estando a menos de veinte días del 28 de julio, fecha signada en nuestra Constitución para jurar al cargo ante el Congreso de la República, en el entendido que haya sido previamente proclamado como tal por el JNE. Pero esta inestabilidad tiene también su correlato en el hecho que de ser Pedro Castillo el nuevo jefe del Estado, digo, si nos atenemos al conteo final de votos de la ONPE, aún no se tiene meridiana claridad de cuáles serán sus primeras acciones desde el Ejecutivo, más allá de generalidades que le fueron escuchadas en los debates presidenciales.
A estas alturas del mes de julio, debiéramos ya conocer entre quienes está la posibilidad de asumir el premierato y sectores sensibles como el MEF, Sunat y el propio BCR en caso Julio Velarde decida no continuar en el cargo, aunque haya dejado la puerta entreabierta como posibilidad a quedarse. Entendemos que Castillo esté a la espera de su proclamación, pero al menos bien podría darnos un adelanto de los nombres entre quienes estarían sus altos funcionarios y equipo de confianza.
El único tema del sí se ha insistido cual letanía, es la convocatoria a una Asamblea Constituyente para la revisión total y reforma de la actual Constitución. Es un asunto espinoso, se entiende que se honre la palabra empeñada en campaña, pero no hay unidad de criterio entre los constitucionalistas de cómo proceder a ésta sin pasar por los fueros del Legislativo, como parece ser es la voluntad política de PC, aunque hay voces como el Dr. Luciano López que afirma que la convocatoria podría hacerse vía Referéndum, por ser el “mecanismo de democracia directa, ”un derecho fundamental del ciudadano.
De mantenerse Castillo en sus trece, podría marcar su debut y despedida como jefe del Estado, ya que el nuevo Congreso lo vacaría por infracción constitucional, si es que no siguiera el cauce legal para reformar la Carta Magna y sin perjuicio que se buscaría vincularlo a él y a su vicepresidenta, en el caso “Los Dinámicos del Centro” (lavado de activos), del cual cada día se conocen hechos nuevos. Ya sea por angas o por mangas, su permanencia en el cargo será altamente frágil.
Por lo pronto no es nada halagüeño lo afirmado por Luis Oganes, jefe de investigación global de mercados emergentes de JP Morgan, de que la actual incertidumbre política podría llevar al dólar al cambio de S/ 6.50, lo que en mi opinión duplicaría los precios de los productos de primera necesidad (panllevar) y ocasionaría acaparamiento, pobreza y descontento popular, lo que no conviene a ninguna gestión por muy novel que sea.
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