Williams al frente de la Operación Rescate de la Confianza
“Una nueva esperanza” es el título del episodio que llevó a la fama mundial a la saga de Star Wars. El mismo título sirve para recrear lo sucedido el lunes durante la posesión al cargo de presidente del Congreso de José Williams, héroe de Chavín de Huántar. Las opiniones entusiastas de varios analistas fueron favorables para esta nueva etapa, porque la imagen de Williams se asocia al restablecimiento del orden, mayor fiscalización y el rescate de la confianza.
El reto está en la mejora de la muy desgastada reputación del Congreso, cuya aprobación bajó a menos del 10%, según las recientes encuestas de IPSOS y CPI. El futuro del Parlamento depende de la gestión estratégica en términos reputacionales y políticos para revertir la tendencia que agrava la crisis. Este cambio no es inmediato y exige que la oposición demuestre un esfuerzo disciplinado y tozudo, en contra de la corriente anti-inversión privada del gobierno.
En 1997, la Operación Chavín de Huántar, bajo el liderazgo de Williams, ejecutó el impecable rescate de los 800 rehenes secuestrados al interior de la residencia de la Embajada de Japón. Ahora, en medio de la inestabilidad, somos más 30 millones de rehenes políticos. El secuestro del Estado fue perpetrado por Castillo y su sindicato el FENATE, vinculado al MOVADEF. Ellos intentan articular a más de la mitad de prefecturas y subprefecturas del país para demoler la confianza política en toda institución pública.
Las señales políticamente negativas del gobierno de Castillo justifican la caída del crecimiento del PBI. Es así que, el Perú ha perdido tres veces más de lo que nos ofrece el Plan de Impulso del MEF, con la postergación de importantes inversiones mineras. Entonces, el gobierno anti-inversión es el enemigo de la seguridad nacional porque destruye la confianza. Tan solo basta recordar las expresiones de Dina Boluarde en mayo, sobre nuestra minería en el Foro Económico Mundial de Davos: “no nos dejan gobernar en paz”… ”estas empresas, así como hablamos de medir los resultados de lo que ha hecho el capitalismo, midan estas contaminaciones, porque el Perú no es una isla donde está Robinson Crusoe”.
Al mando del presidente Williams, el Congreso debe encaminar acciones de planificación para diseñar políticas adecuadas que logren recuperar la confianza. Tres acciones serían el rastrillaje de los inmorales hasta su expulsión, el alineamiento interno y la cohesión ciudadana.
Lo primero es el rastrillaje interno de los congresistas inmorales para establecer el honor a favor del Congreso. Se debe impulsar la inhabilitación de los acusados de violar el marco ético interno hasta lograr su desaforo. Es decir, la expulsión de los ‘niños’ significará que la fiscalización habita en el seno del Congreso, así como la firmeza para tomar decisiones sobre las acusaciones constitucionales que existen en contra de Castillo y Boluarde. Para rescatar la confianza se debe derogar todos los decretos supremos que desalientan la inversión privada y violan sus derechos.
Williams debe alinear muy bien sus filas de oposición, sobre todo a los congresistas más propensos al protagonismo público. Es contraproducente cualquier error político que pueda desmerecer las buenas iniciativas y a sus autores.
Finalmente, Williams necesita ganar una reserva civil. El Congreso debe buscar la cohesión ciudadana con las organizaciones que sean capaces de realizar propuestas viables para el ordenamiento democrático. Estos grupos podrían ser los Empresarios Unidos y sus gremios empresariales, la Coalición Ciudadana que cuenta con más de 200 organizaciones que buscan reformas, los colegios profesionales, el SUTEP, las universidades y los ronderos que ven a Castillo como persona no grata. Esta cohesión es importante para organizar la paz el largo plazo.
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