¿Vizcarra es inmune o impune?

Si el Perú fuese una República democrática donde imperase el Estado de Derecho y prevaleciese el respeto supremo a la sociedad -por encima de la inmunidad que gozan sus autoridades elegidas- es incuestionable que el mandamás Vizcarra, su ex premier Zeballos y ese ex ministro Zamora ya debieron estar denunciados por el Parlamento, investigados por la Fiscalía y camino a ser procesados por la Justicia. Imputados al menos de genocidio por ser los principales responsables de la muerte -oficialmente- de 18 mil peruanos. Esta trilogía es culpable de que el Perú sea el segundo país en el planeta en porcentaje de contagiados por número de habitantes; que ocupe el sexto puesto mundial en número de contagiados; que se falsifiquen adrede las estadísticas de contagio y muerte. Tampoco contáramos oportunamente con pruebas moleculares; no se realizaran pruebas suficientes con ellas; no se usaran para crear la estrategia de seguimiento; no se previera el suministro de oxígeno, camas UCI, plazas hospitalarias; no se pagaran las remuneraciones al personal de la Sanidad Pública, etc. En suma, culpables de que acá se desatase una pandemia y el país no tuviese cómo atenderla.

Lamentablemente es evidente que en la República peruana sus gobernantes siguen haciendo lo que les da la gana….¡y no pasa nada! Recordemos, a propósito de esta verdad, esa hipocresía de Vizcarra saliendo a arengar a las masas en el mes de mayo -pleno surgimiento de la etapa de contagio- para que lo apoyasen a demandar la nulidad de la inmunidad de los parlamentarios mientras él y sus ministros se aferraban a las suyas, conscientes de los crímenes sociales que ya habían perpetrado. Eso pinta de cuerpo entero a Vizcarra, amigo lector. Un cicatero por sus cuatro lados.

También Vizcarra y su gente de ínfimo nivel han desatado la quiebra de una vastísima parte del sector privado. Asimismo, han desbancado al Estado tirando por la borda US$35,000 millones presuntamente para reactivar la economía, pero que por impericia suya esa supuesta ayuda al ciudadano y a la mediana como pequeña empresa no ha llegado a tiempo. Fatalmente la cadena de pagos ya se rompió, generando una crisis que aún continúa encapsulada, porque todos los involucrados temen lo peor apenas se conozcan sus resultados. Pero esa falta de cerebro de toda la gestión Vizcarra no le permite comprender que la pandemia no terminará este año; quizá tampoco el que sigue. En consecuencia los contagios continuarán, los hospitales estatales seguirán desabastecidos y evidentemente el aforo hospitalario nacional permanecerá sin poder atender a la cada vez mayor demanda de enfermos de Covid y otras enfermedades. Si Vizcarra tuviese un átomo de pericia para gobernar habría dispuesto la compra de plantas para producir oxígeno; medicamentos; equipo protector para los sanitarios. Y, sobre todo, ¡construir hospitales! Madrid, por ejemplo, viene construyendo uno en un terreno de 40,000 muertos, específico para pandemias. ¡Pero nada de nada! Sería pedirle peras al olmo.

Vizcarra, Zeballos y Zamora causaron la muerte -oficialmente hasta hoy- de 18,000 pobladores y quebraron al Perú. ¡Y no les pasa nada!