Tortura y maltrato emocional
Aristóteles dijo que “la felicidad es el fin universal del ser humano y que esa motivación está presente en el corazón de todos y trasciende las diferencias y circunstancias de cada persona”.
Actualmente, vivimos momentos donde las traiciones, el odio, la incertidumbre, el chantaje, la persecución, la venganza y la lucha por el poder se han vuelto cotidianos. Noticias con objetivos premeditados y fines determinados dominan el día a día.
En cuanto al crimen organizado, América Latina se ha convertido en la región más violenta del mundo. En nuestro país, el Congreso aprobó una ley que fortalece el derecho a la legítima defensa, permitiendo el uso de la fuerza sin el criterio de proporcionalidad y eliminando la prisión preventiva. Sin embargo, 18 congresistas se opusieron a esta ley, lo cual es muy lamentable, ya que parece que están del lado de quienes matan por un celular.
Ya van 15 torres de alta tensión destruidas y 17 muertos en una sola región del país. Muchos ignoran esta situación, como en los años 80 cuando se decía que era solo robo o hurto de ganado, y luego pasamos más de 20 años combatiendo al terrorismo en sus diferentes formas, hasta vencerlo militarmente.
A pesar de esto, el odio, el acoso y la persecución a los elementos de las Fuerzas del Orden no cesan. Un miembro de la PNP está a punto de ir tres años a la cárcel por cumplir con su deber. Un general de la PNP en Ica pide a viva voz que fiscales y jueces cumplan dignamente con la función que el Estado peruano les confió.
En el Ejército, actualmente hay 361 casos en investigaciones a nivel de Fiscalía, 43 investigaciones judicializadas y 422 miembros del EP condenados, algunos absueltos. Estos militares fueron enviados por el Estado Peruano para defender a la patria. Sumando todos estos casos, hay 826 familias que sufren de tortura y maltrato emocional, menospreciando sus sentimientos y sometiendo su voluntad, lo que incide en su dignidad, autoestima e integridad psíquica y moral.
El abuso psicológico es una forma de violencia simbólica que se manifiesta a través del maltrato emocional. Esto es lo que intentan lograr aquellos que perdieron en el campo de batalla. En muchos casos, valerosos miembros de las Fuerzas del Orden encontraron la muerte, marcando el fin de sus vidas y de su existencia como sujetos de derecho, sin haber encontrado una justicia digna de una sociedad civilizada.
Los peruanos de buena fe estamos a la espera de la aprobación por parte del Congreso del proyecto de ley que busca delimitar los crímenes de lesa humanidad cometidos antes del 2002, para reparar una injusticia contra militares y policías que salvaron al Perú de la dictadura y el terrorismo demencial.
Volviendo al primer párrafo, ¿lograron algo de felicidad todas las personas y familias afectadas en todo este proceso de vida?
Por Gral. DIV. EP Ronald Hurtado Jiménez
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