Reincidencia de quien nunca debió integrar el TC
En los últimos días, nos hemos enterado de un episodio protagonizado por el magistrado del Tribunal Constitucional (TC) Eloy Espinosa-Saldaña Barrera. Se trata de una conducta personal impropia, más aún tratándose de un juez de ese rango.
No es la primera vez que este tribuno hace noticia por actitudes deshonestas vinculadas a la autenticidad de sus estudios y de su obra, pues hay un antecedente grave, al que me referiré también en esta nota periodística. Pero en este último caso se trata de una denuncia por plagio, efectuada por el abogado y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) José Manuel Sosa Sacio.
Según el denunciante, fue alertado de que en el presente año -2021-, se habían efectuado publicaciones especializadas por Eloy Espinosa-Saldaña, de quien era su asesor en el TC, pudiendo comprobar que contienen párrafos completos no citados -es decir consignados como propios- de su tesis de maestría –de Sosa Sacio-, y que en otros casos, parafrasea las conclusiones de dicha tesis. Que frente a tal circunstancia, decidió conversar directamente con el autor de este plagio, en busca de una explicación y de un desagravio.
En este diálogo, si bien Espinosa-Saldaña admitió el hecho porque resultaba evidente, su actitud fue evasiva e inaceptable, ya que le manifestó que “no sabía qué había sucedido, y que prefería no buscar responsables”, es decir sugería la responsabilidad de un tercero, quien le habría quitado las comillas precisamente a los párrafos plagiados, y elaborado por propia iniciativa, las conclusiones parafraseadas. Como se suele decir y con razón, “la mentira tiene patas cortas”, porque es imposible que se sostenga.
Como señalé anteriormente, este no es el primer caso, sino que este personaje ya es reincidente en estas actitudes deshonestas. Lo hizo también en la oportunidad que concursó precisamente para ser miembro del TC en que incurrió en la desvergüenza e ilicitud de consignar en su Hoja de Vida que tenía el grado académico de doctor en Derecho con título otorgado por la Universidad de Buenos Aires –UBA-, en la que habría efectuado dichos estudios, todo lo cual era absolutamente falso, como lo tuvo que admitir Espinosa-Saldaña en tal oportunidad.
Pero lo anecdótico e imperdonable de este episodio, y que explica en parte, porque en el Perú estamos tan mal en materia de civismo, honestidad y justicia, es que faltas tan graves como esta, no solo no se sancionan como en este caso, sino que no se le invalidó como concursante, ni se le denunció como correspondía, sino que se le permitió corregir el texto y retirar la mención a dicho doctorado, lo que sirvió para que fuera nombrado como nuevo miembro del TC.
La única sanción aceptable, ante este nuevo evento ilícito -plagio- reconocido por el autor, es su destitución, de lo contrario le seguimos haciendo daño a nuestra sociedad. Recordemos la frase de George Orwell: “Un pueblo que elige corruptos, inservibles, cínicos y traidores, no es víctima, es cómplice.”
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.