ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Plácido Domingo, en sus horas más oscuras

Fecha Publicación: 26/09/2019 - 21:30
Escucha esta nota

Iban a cumplirse 52 años desde aquel septiembre de 1968, cuando hizo su debut en uno de los “templos” más importantes de la Lírica mundial, el Metropolitan Opera House de Nueva York, o simplemente el Met. Esa histórica fecha, Plácido Domingo compartía roles con la gran Renata Tebaldi, la rival de la Callas, empezando así un romance musical con el Met que finalizó abruptamente este último martes cuando el tenor español anunciaba su retiro definitivo del recinto neoyorquino. Todo esto a consecuencia de las graves acusaciones de acoso sexual que han recaído sobre Domingo desde el mes de agosto.

En total son veinte mujeres las que lo han denunciado de abusos cometidos cuando trabajaron junto a él, de las cuales solo dos han revelado su identidad, no haciéndolo el resto por temor a represalias al laborar en casas operísticas. La última denuncia de la soprano Angela Turner Wilson ha sido la más chocante de todas, ya que incluye manoseo y brusco tocamiento de partes íntimas recibida por parte de Domingo, en 1999.

Siempre se ha tenido la idea de que los artistas de la música clásica son personas excepcionales, dotadas de modales refinados y dueños de casi un aura de santidad, sin embargo Plácido no es el primero ni probablemente será el último de los artistas de la música culta que se ven envueltos en tan lamentables acusaciones, el mismo Met despidió en el 2017 a quien fuera por más de cuatro décadas su director estrella, el norteamericano James Levine, por “conducta sexual abusiva y acosadora” de jóvenes músicos.

Al parecer en el Met no están dispuestos a tolerar denuncias como éstas, de violencia contra la mujer y sin esperar las investigaciones han adoptado decisiones drásticas, sin importar lo que representan esas figuras en el mundo de la música clásica; similar actitud tuvieron antes otras casas operísticas norteamericanas al cancelar presentaciones que iban a llevar a cabo con Domingo. Mientras que en Europa los teatros y famosos festivales como el de Salzburgo le han otorgado su respaldo.

Como es sabido, el tenor que empezó como barítono su ilustre carrera, ha negado tales agravios limitándose a manifestar que pensaba que todas sus relaciones habían sido siempre bienvenidas y consensuadas y que era consciente de que para los estándares actuales eso hoy sería imposible de suceder, ¿aceptación tácita de los hechos? o ¿vendettas de sopranos que soñaban con ser primas donnas? Como fuera, conocidas estas graves denuncias, deberán investigarse y en su caso sancionarse, en el marco del debido proceso; por lo pronto, es claro que la imagen del tenor más grande desde Caruso ha quedado profundamente ya mellada y en trágico entredicho.