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¡Orden en la sala, congresistas!

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Fecha Publicación: 12/09/2023 - 23:00
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Vamos por partes. El Legislativo no es que ahora atraviese por uno de los peores momentos de esos dos siglos de historia que arrastra. Ocurre que, precisamente, ahora pasa por “el peor” momento de su degradada, bicentenaria existencia. El nivel de envilecimiento que ha adoptado es algo que nadie imaginó, esperó, menos deseó para esta básica matriz legislativa y sus integrantes. Probablemente sea fiel reflejo de la compleja estructura demográfica y cultural de nuestra población; o quizá sea que los candidatos que postulan a una curul legislativa son, éticamente, los peores calificados de América o los más incompetentes, ineficaces y, por lo tanto, los menos autorizados para formar parte de un Congreso decente que, a la par, sea útil para el ciudadano. Recordemos que el poder Legislativo tiene relevancia predominante dentro de la vida diaria de toda sociedad. Es nada menos que el encargado de dar las leyes que el poder Ejecutivo deberá hacerlas cumplir; y el poder Judicial deberá supervisar, condenando a quien en vez de respetarlas las viole.

Consecuentemente, el Parlamento cumple un rol fundamental dentro de nuestra estructura, tanto social como política, económica, etc. Y los legisladores desempeñan, asimismo, la función de fiscalizadores de toda autoridad del Estado, tanto elegidas así como designadas. Desde el presidente de la República, los congresistas, tribunos constitucionalistas, jueces, fiscales, Contralor, Defensor del Pueblo, integrantes de la Junta Nacional de Justicia, ministros, etc.

Hace ya muchos años que Parlamento peruano soporta una metamorfosis inversa, motivada por una sostenida degradación poblacional sumida en la desidia, envidia, ignorancia, mala entraña, acomplejamiento y corrupción, fruto de esa infame educación que imparte nuestro Estado, además de un gigantesco desdén por la productividad. ¡Pues llegó la hora de acabar con esta permisividad en nuestro recinto Congreso! ¡Basta de asistencia remota!

Obligatoriamente, todos los congresistas deben asistir a diario al recinto congresal y participar en TODAS las sesiones, sean de comisiones y/o el Pleno. Quienes incumplan este precepto –salvo motivos de salud justificados ante la Administración del Congreso; y/o compromisos delegados por la Mesa Directiva– deberán acatar escrupulosamente sanciones. Ejemplo, descontarle al faltoso al menos 10% de su remuneración por cada día de inasistencia. El incumplimiento de estas reglas contribuye directamente a empeorar el caos actual, donde 94% de la ciudadanía blasfema de un poder del Estado, como el Legislativo. DISCIPLINA, ORDEN, CUMPLIMIENTO, RESPONSABILIDAD son conceptos vertebrales que deben interiorizar los congresistas, conscientes de que el pueblo les paga para que desempeñen una función, dando el ejemplo a todo el resto de la sociedad.

¡Basta de sinvergüenzuras! Ganen su sueldo esforzándose; trabajando para cobrar su salario. Aprendan de Juan Pueblo. Asistan puntualmente a todas las sesiones. Entiéndanlo, congresistas: no están en el Legislativo como invitados. ¡Ustedes están CONTRATADOS por el Estado para trabajar! Finalmente, no reclamen aumento de sueldo. Sus pares norteamericanos perciben US$12,250 mensuales; los colombianos; US$5,750; mexicanos y y Brasileños, US$7,000. Ustedes, ganan US$7,200.00 cada mes (dividiendo entre doce su remuneración anual, más las gratificaciones y demás beneficios que perciben en efectivo). ¡Veinte veces más que el sueldo mínimo!

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