Nadie viene a tu vida por casualidad

Esta ley universal que viene de la India, nos transmite aprendizajes de como desapegarnos de los momentos difíciles, de cómo trascenderlos de forma consciente, ella nos enseña a soltar situaciones o personas que amamos que nos hacen sufrir o quizás podemos reconocer afinidad con personas que recién conocemos, es por ello, que hoy elegí este hermoso tema, para que llegue a ti, como un ancla de cambio a tu mirada personal de como transcurre los sucesos de tu vida, entonces, “La persona que llega es la persona correcta, las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros están ahí por algo, llegan para hacernos aprender y avanzar en cada situación, nadie llega a tu vida por nada”.
Te insto a que hoy reflexiones esta ley, llevándola a tu vida, aquel o aquella persona que no soportas o que te a hecho sufrir, hoy tienes la oportunidad de verlo desde lo espiritualidad de una manera sanadora y evolutiva para ti, desde la conexión infinita hacia personas nuevas en tu vida también.
Tal vez se trate de un transeúnte inocente sin segundas intenciones, o tal vez de una persona que nos ha herido de alguna manera. Para algunas personas, hay una razón por la que llegan a nuestras vidas. Unos por interés, otros por alguna razón o necesidad que tenemos y otros para permanecer para toda la vida. Cuando nosotros percibamos cuál es el motivo, vamos a saber qué hacer con cada persona, quizás ellas vienen para un propósito y pueden ser:

1) Porque están destinados a hacerte crecer más fuerte
2) Sirven para recordarte cosas que has olvidado
3) Estaban destinados a ser temporales
4) Están ahí para mostrarte lo que no debes tener
5) Están ahí para ayudarte a encontrar personas que puedan formar parte de tu vida durante mucho tiempo
Cuando las personas entran en nuestra vida por interés, solo piensa en el beneficio que puedan sacar de nosotros, aquí cabe aquel refrán que dice: “Tanto tienes, tanto vales”, por solo sexo o por alguna razón de interés, pero cuando no pueden obtener lo que desean, se alejan de nosotros, y si te veo, no te conozco, como si nunca hubiésemos existido.
Los que entran en nuestra vida por una necesidad o motivo, vienen a ayudarnos, a proporcionarnos apoyo u orientación, ayuda física, emocional o espiritual. Podrán parecer un regalo de Dios y lo son. Están ahí por una razón que nosotros necesitamos que estén ahí. Entonces, ninguna actitud errónea de nuestra parte o en una hora incierta, esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin. Algunas veces, esas personas mueren. Algunas veces, simplemente se van. Otras veces actúan y nos fuerzan a tomar una posición. Lo que debemos de entender es que nuestra necesidad o necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos y el trabajo de ellas realizado. Nuestras oraciones han sido atendidas y escuchadas, y ahora, es tiempo de marcharse.
Los que penetran en nuestra vida para permanecer para siempre, son aquellas relaciones de una vida entera son las que nos enseñan lecciones para nuestro éxito, como seres humanos. Ellas nos traen experiencias de paz, nos hacen reír, nos traen una cantidad enorme de felicidad, nos enseñan cosas que debemos construir para tener una formación emocional sólida. La tarea nuestra es saber aceptar la lección, amar a la persona y poner en práctica que hemos aprendido en otras relaciones y áreas de nuestra vida. Se dice que el amor es ciego, pero la verdadera amistad es clarividente, pues nos da luz e ilumina nuestra vida.
¡Espero que a través de esta lectura pueda animarte a tener otra perspectiva de las circunstancias de sufrimiento y que hoy puedes ver que todo es para un aprendizaje de crecimiento interior, ten en cuenta que en todo proceso de vida, hay una ventana para descubrirte y abrazar nuevas oportunidades desde la práctica de hoy!
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