Los inversionistas extranjeros nos ven mejor que nosotros mismos
Este año 2023 la inversión privada cayó 10.7%, lo cual es catastrófico para un país y se refleja en la caída del PBI en 0.5% que anunció el presidente del BCR Julio Velarde. Lo más trágico es que el 80% de la inversión privada normalmente es de peruanos, desde pequeñas hasta grandes empresas, que son las que no están invirtiendo. Los empresarios nacionales no lo están haciendo por varias razones que son entendibles, desde la inestabilidad política de haber tenido 6 presidentes en 6 años, el traumático y corrupto gobierno de Castillo que llevó a la fuga de 20,000 millones de dólares, la ineptitud del gobierno Boluarte que no transmite una visión de país, si quiere continuar con un país trabado y anti empresa o ve un país con más libertades y apoyando el crecimiento económico en una economía de mercado, además ven que gestiona muy mal el estado, y es incapaz de lanzar proyectos mineros, eléctricos, de infraestructura y de toda índole, también miran preocupados la guerra política en el poder judicial y fiscalía , y obviamente temas económicos como la inflación que ha corroído el poder adquisitivo de los peruanos y ralentizado el consumo reduciendo mercados.
Sin embargo, hay transacciones recientes en el mercado que reflejan que en el Perú hay muchas oportunidades, y la visión de largo plazo y las expectativas de rentabilidad siguen siendo un aliciente para los inversionistas, a lo mejor también alentados por el bajo precio de los activos peruanos. La reciente adquisición del 19% de Cía. de Minas Buenaventura que tiene prospectos interesantes de oro y cobre por parte del grupo Luksic de Chile es una muestra clara de confianza en el Perú. En la agroexportación han ingresado varios inversionistas privados y Fondos de Inversión (Private Equity). La empresa Hame de Guatemala recientemente compró AGROKASA, un fondo de inversión árabe compró Verfrut, importante productor de uva en Chile y Perú, y Fondos de Inversión del exterior participan en los últimos años en varias empresas agrícolas como San Miguel, Don Ricardo, y otros, y muchos estudios de abogados trabajan activamente en transacciones de compra y venta de empresas. Tampoco podemos dejar de mencionar las empresas chinas que recientemente compraron Luz del Sur y ENEL, ni las nuevas obras de infraestructura como la línea 2 del metro de Lima, el nuevo aeropuerto Jorge Chávez, y el nuevo puerto de Chancay que van a crear el más potente hub logístico en el continente, todas construidas por inversionistas extranjeros.
A pesar de ello, ese 80% de la inversión privada que es de peruanos, no despierta, y no podemos culparlos después de toda la inestabilidad que hemos pasado en los últimos años, y lo que aún nos preocupa, empezando por un gobierno indefinido e inepto que no solo es muy malo ejecutando, sino que es aún incapaz de transmitir una visión de país, la politización de la justicia continúa con la defenestración ilegal de la Fiscal de la Nación que nos inspiró confianza después de mucho tiempo, y elementos nocivos como Antauro Humala en el horizonte, aunado a la preocupación por lo que puede venir en el 2026. Corresponde al Gobierno, al congreso y a la clase política peruana dar los pasos necesarios para que el país se enrumbe en la dirección correcta y los inversionistas peruanos que arriesgan su patrimonio puedan responder al llamado. Cinco presidentes en la región ya han reaccionado contra los cánticos de la izquierda, y han reafirmado su vocación para el desarrollo en una economía de mercado con libertades, y Chile ya despejó el tema constitucional. Le toca al Gobierno del Perú seguir esa ruta para despertar la inversión.
El Perú a pesar de todos sus problemas tiene aún potentes elementos para promover la inversión, Tenemos una gran constitución aprobada por el pueblo en 1993, tenemos grado de inversión, 73,000 millones de dólares de reservas internacionales, inflación baja que bordea el 3% anual, un sistema financiero sólido, y una economía integrada al mundo con importantes TLCs. También tenemos decenas de proyectos viables en minería, electricidad, y todo tipo de infraestructura, vivienda y agua y saneamiento y agricultura, y por supuesto en las pymes esperando para ser desarrollados por un pueblo laborioso y emprendedor.
Está en nosotros hacerlo y veamos en el país lo que ven los extranjeros qué están invirtiendo.
Por Ismael Benavides
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